Texto: Hugo León
Foto: RRSS
A pocos días de alcanzar los 96 años, falleció este sábado en Miami el guitarrista y compositor Juan Rafael Márquez Urbino, conocido como Juanito Márquez, una de las figuras más relevantes de la música cubana del siglo pasado.
Juanito no solo fue un instrumentista excepcional, sino también un arreglista y compositor de gran calibre. Aunque su nombre no sea tan conocido en la actualidad, muchos críticos coinciden en que es uno de los músicos cubanos más significativos del siglo XX por sus contribuciones a la música cubana y latina.
Su álbum debut, Arrímate Pa’cá (1964), es considerado pionero en la fusión de guitarra eléctrica con ritmos caribeños, combinando jazz, country y son cubano. A lo largo de su carrera, sus influencias musicales fueron muy variadas, abarcando tanto la música popular como las tradiciones clásicas de diferentes culturas.
Por esta razón, es habitual encontrar elementos del pop estadounidense, jazz y canción francesa en sus composiciones.
Colaboró con artistas como Cachao, Bebo Valdés, Julio Iglesias, Julio Gutiérrez, Pacho Alonso y la Orquesta Riverside, y fue el compositor de boleros y temas emblemáticos como “Alma con alma,” popularizado por Tito Gómez, así como “Pituka la bella,” “Joropero,” “Como un milagro,” “Esos tiernos ojos,” entre otros.
En la década de 1960, se estableció en España, donde se desempeñó como director musical del sello Hispavox. En 1976, llegó a Miami, uniéndose a Miami Sound Machine de Emilio y Gloria Estefan como arreglista y orquestador.
En EE.UU., colaboró con José Feliciano, Jon Secada, Albita y otros artistas latinos, y recibió el prestigioso Premio del Consejo Directivo de la Academia Latina de la Grabación por su trayectoria como compositor, arreglista y director.
Aparte de su virtuosismo musical, amigos y personas cercanas a la familia han recordado su dulzura, alegría y gran sentido del humor al hablar de Juanito.