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La reconocida repentista cubana Juana Tomasa Quiala Rojas, popularmente conocida como Tomasita Quiala, falleció este miércoles 12 de junio a los 64 años. La noticia fue compartida por Lázaro Manuel Alonso, periodista del Sistema Informativo de la Televisión Cubana, a través de sus redes sociales. Su muerte representa una pérdida significativa para la cultura nacional y, en particular, para el arte del repentismo.
Quiala, apodada “La Reina del Repentismo” y “La Ciega Maravillosa”, había sido hospitalizada en marzo en una Unidad de Cuidados Intensivos tras sufrir un infarto cardiovascular. En ese sentido, Radio Jaruco había alertado días antes sobre su estado crítico, lo que generó muestras de cariño en toda la provincia de Mayabeque y más allá.
Desde pequeña, Tomasita abrió su camino en el mundo de la poesía improvisada, una tradición profundamente arraigada en el campesinado cubano. Formándose en la escuela para ciegos Varona Suárez, superó múltiples barreras tanto como mujer como persona invidente en un entorno predominantemente masculino. Su talento natural la llevó a dominar la décima de pie forzado y a abordar temáticas sociales con agudeza y profundidad.
Su debut en el repentismo ocurrió de manera inesperada, durante una canturía, donde intervinieron espontáneamente para defender a un poeta. Desde ese momento, su estilo incisivo, su voz potente y su capacidad de conmover al público la catapultaron a la escena nacional. Se convirtió en una presencia habitual en eventos de improvisación y festivales de tradición oral en todo el país.
Además de su virtuosismo artístico, Tomasita fue una defensora del trabajo cultural en la comunidad. Colaboró con escuelas, casas de cultura y proyectos de inclusión, dejando una huella indeleble en generaciones de jóvenes interesados en la décima y la improvisación campesina. Su figura, tanto cercana como legendaria, inspiró a numerosos artistas dentro y fuera de Cuba.
La obra de Quiala trascendió fronteras. Fue invitada a actuar en escenarios de España, México, Portugal y Argentina, donde su habilidad para improvisar en décimas fue recibida con asombro y admiración. Su legado elevó el arte oral cubano al nivel de patrimonio cultural compartido.
La noticia de su fallecimiento ha causado un profundo pesar en el gremio artístico y entre los seguidores que la acompañaron durante décadas. Numerosos mensajes de condolencia han sido publicados en redes sociales, destacando su ejemplo de superación, carisma y la autenticidad con la que defendió el arte popular.
Con la partida de Tomasita Quiala, Cuba pierde a una de sus voces más singulares. Sin embargo, su legado permanecerá vivo en la memoria de quienes escucharon sus décimas llenas de ingenio, verdad y emoción. La cultura cubana la despide como se merece: con respeto, gratitud y versos.