Texto: Hugo León
En Cuba, cualquier persona que produzca, transporte, trafique, adquiera, administre o dirija locales o viviendas utilizados para el consumo de drogas enfrentará sanciones que van de 4 a 30 años de prisión.
Asimismo, se castigará a quienes introduzcan o extraigan sustancias ilegales del país, así como a aquellos que las posean con la intención de traficar. También se sancionará a los ciudadanos que fabriquen o transporten equipos, materiales o sustancias utilizados en el cultivo y producción de estas drogas.
La ley prevé sanciones severas para funcionarios, empleados públicos, autoridades o sus agentes que faciliten recursos para llevar a cabo estas actividades, utilizando medios del Estado.
Si las personas involucradas en el transporte o tráfico ilícito internacional de drogas ingresan al país utilizando embarcaciones o aeronaves, la pena puede oscilar entre 10 y 30 años de privación de libertad.
En entrevista con el portal Cubadebate, Yoan Leonel Pereira Bernal, fiscal jefe de Procesos Penales de la Fiscalía Provincial de Sancti Spíritus, indicó que el consumo de estas sustancias no convierte a las personas en comisores del delito. Sin embargo, quien adquiere droga a un precio determinado y la ofrece a amigos pasa a ser un comisor del delito de tráfico de drogas al facilitar su consumo a otros.
¿Qué pasa en Sancti Spíritus?
En comparación con el mismo periodo de 2024, cuando solo se registró 1 caso, en lo que va de 2025 se han iniciado 5 procesos en la provincia central de Cuba, de los cuales 3 son por drogas ilícitas y 2 por la comercialización de medicamentos controlados.
El grupo etario más afectado, tanto en consumo como en distribución, es el de jóvenes de 18 a 35 años. En los municipios de Sancti Spíritus, Cabaiguán, Trinidad y Taguasco se concentran los casos identificados recientemente.
Andrei Armas Bravo, director general de Educación en la provincia, comentó que, a pesar de que el consumo y tráfico de sustancias no ha llegado a las instituciones educativas, no pueden bajar la guardia, ya que hay menores involucrados en hechos de consumo fuera de las aulas.
La investigación sobre este fenómeno comenzó a finales de 2023, cuando se identificaron 5 consumidores en el Consejo Popular Kilo-12, en Sancti Spíritus, descubriendo varios meses después que provenían de 2 traficantes de La Habana.
La droga era transportada oculta en bolsos que contenían bisutería y paquetes de orégano en la ruta La Habana-Sancti Spíritus.
En mayo de 2024, fue detenida una joven en posesión de 405 envoltorios que equivalían a 11.33 gramos de un cannabinoide sintético impregnado en orégano.
Las principales sustancias encontradas en el territorio son el “químico”, la marihuana y un único caso de cocaína detectada en la capital provincial, pero en muy escasas cantidades.
La droga que actualmente ingresa a Sancti Spíritus proviene en su mayoría de La Habana como parte del tráfico interprovincial.
¿Qué drogas se consumen en Cuba?
La capitana Leidy Laura Aragón Hernández, especialista en Drogas y Toxicología del Laboratorio Provincial de Criminalística, señaló que en Cuba la cocaína es muy costosa para la mayoría de los consumidores, al igual que la marihuana, lo que explica la preferencia por el “químico”, cuyo efecto es entre 50 y 100 veces mayor que el del tetrahidrocannabinol (THC), el componente activo de la marihuana.
Con dosis de apenas 0.5 cm² de papel atomizado, que se inserta en un cigarrillo, los consumidores pueden experimentar fuertes taquicardias e hipertensión arterial que no responden a los antídotos habituales.
En Sancti Spíritus, la dosis del “químico” oscila entre 200 y 300 pesos, lo que es un poco más caro que en La Habana, donde cuesta alrededor de 100 pesos cubanos.
El efecto de cada dosis dura entre 20 y 40 minutos, pero los consumidores intentan prolongar ese efecto, lo que puede llevar a la sobredosis y a la muerte.
“Aunque una persona duplique la dosis de 0.5 cm² a 1 cm² o más, el efecto seguirá siendo el mismo, aunque con consecuencias devastadoras para su organismo”, precisó. En el país y en la provincia existen reportes de personas hospitalizadas por sobredosis.
Al principio, la droga imitaba el THC, pero con el tiempo, en un intento por eludir los controles aduanales, su composición se ha diferenciado tanto que ahora tiene poco que ver con el compuesto activo de la marihuana.
“Continuamos refiriéndonos a ella como cannabinoide sintético, porque es una droga cuya composición es similar a la del cannabis, pero actualmente se le añaden otras sustancias como carbamazepina, benzodiacepinas, anestésicos para animales y hasta formaldehído, fentanilo y fenobarbital. Todo esto se mezcla en laboratorios clandestinos fuera de Cuba en proporciones rudimentarias, por lo que cada lote puede variar drásticamente del anterior”, explicó.
Agregó que el producto final se atomiza sobre un soporte que, inicialmente, era picadura vegetal, especialmente el orégano, cuyo fuerte olor enmascara la droga, pero actualmente se aplica sobre papel, el cual puede estar escrito o impreso sin que esto afecte las propiedades del “químico”.