Texto: Hugo León
Foto: RRSS
Heidy Sánchez Tejeda, la madre cubana deportada de Estados Unidos en abril pasado y separada de su hija de 1 año, ha recibido la aprobación de su visa de reunificación familiar.
Gracias a una solicitud realizada por su esposo antes de su deportación, la mujer podrá regresar a la nación norteamericana.
La noticia fue recibida con gran felicidad por la familia, que resalta el apoyo brindado desde que Heidy fue obligada a regresar a la Isla.
“Estoy contenta, estoy mejor, gracias a Dios. Agradezco a todos, a todas las personas que estuvieron ahí intercediendo, orando y apoyándome. Gracias a todos”, afirmó la madre cubana en una conversación telefónica con Univision.
En una entrevista con la agencia EFE, Sánchez Tejeda comentó que este es solo el inicio, “es un pasito”.
A pesar de que el visado fue aprobado el viernes pasado, se hizo oficial este martes y marca el comienzo de un proceso que incluye una entrevista en la embajada de Estados Unidos en La Habana.
La cubana debe obtener dos perdones migratorios, lo cual puede tardar años, aunque su equipo legal está trabajando para agilizarlo.
Sánchez Tejeda llegó a Estados Unidos hace 5 años y estuvo 9 meses en un centro de detención, tiempo durante el cual sufrió problemas renales y se vio obligada a firmar una carta de deportación.
La cubana, ahora casada legalmente con un ciudadano estadounidense, recibió una Orden de supervisión y deportación (I-220B) y esperaba una respuesta a su reclamación presentada hace más de 2 años.
Tras varios esfuerzos, pudieron tener a su hija a través de inseminación in vitro en Estados Unidos, quien nació prematura y aún depende de la lactancia materna.
Heidy, que no tenía antecedentes penales y cumplía con todos los requisitos legales (trabajaba, pagaba impuestos y se mantenía dentro de la legalidad), fue detenida el 22 de abril en la agencia de inmigración en Tampa, en el condado de Hillsborough, al presentarse para su cita anual como parte de un proceso de regularización migratoria que llevaba años esperando.
A la mujer no le permitieron despedirse de su esposo antes de ser enviada en un vuelo que trasladó a 82 migrantes cubanos a La Habana el 24 de abril.
