Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Foto: Cuba Noticias 360
Ganar la Lotería de Visas de Diversidad debería representar una esperanza para cientos de cubanos. Sin embargo, para muchos se ha transformado en una amarga decepción. A pesar de haber sido seleccionados legalmente, el gobierno de Estados Unidos está negando las visas amparándose en restricciones impuestas desde la administración de Trump.
Numerosas denuncias en redes sociales por parte de cubanos que cumplieron con los requisitos, como el pago de tarifas, la presentación de documentos y la asistencia a entrevistas en la Embajada de La Habana, han circulado en internet, recibiendo un rotundo “no” por parte del personal diplomático.
“Es injusto lo que están haciendo con nosotros”, expresó una cubana afectada a Telemundo 51. Su sueño era emigrar junto a su hijo y reunirse con su padre en territorio estadounidense. Hoy, ese anhelo parece desvanecerse.
El bombo, como se le conoce en Cuba, es un programa que otorga residencia legal a ciudadanos de países con baja inmigración hacia Estados Unidos. Sin embargo, la realidad para los cubanos es otra: las visas están bloqueadas debido a una política de seguridad que les sigue afectando.
El fondo del problema radica en una orden ejecutiva del expresidente Donald Trump. Según esta medida, los países que no comparten suficiente información de seguridad sobre sus ciudadanos están vetados de recibir visas. Cuba ha estado en esta lista durante años.
Lo preocupante es que el tiempo corre en contra de los afortunados ganadores. Si no logran obtener sus visas antes del 30 de septiembre, perderán irremediablemente el derecho a emigrar. La cuenta regresiva ya ha comenzado y las posibilidades son escasas.
Por si fuera poco, el 2025 será el último año en que los cubanos podrán participar en la Lotería de Visas. Esta noticia ha generado incertidumbre y desesperación entre los isleños que ven en este sorteo una de las pocas vías legales de escape.
Mientras tanto, las restricciones no se limitan al bombo. También afectan visas de turismo, negocios y procesos de reunificación familiar, acentuando la brecha entre los cubanos de la isla y sus seres queridos en Estados Unidos.
