Texto: Hugo León
Foto: RRSS
Recientemente se viralizó en redes sociales el caso del joven cubano de 16 años Andy Silva Jeréz, estudiante del IPU Luis Martinez Almaguer, en Gibara, Holguín, quien afirmó ser víctima de discriminación debido a su situación económica. Ante esta situación, la Dirección General de Educación en la provincia emitió una respuesta pública.
El organismo aclaró en una publicación en la red social Facebook que la información relacionada con el acceso a estudios superiores del adolescente era inexacta.
Asimismo, reafirmaron su compromiso con la rigurosidad y la equidad en los procesos educativos.
«Después de una revisión exhaustiva, se constató que el joven no cumple con los requisitos académicos necesarios para ingresar a la carrera solicitada. Estos criterios son públicos, objetivos y aplicados de manera uniforme a todos los aspirantes», afirmaron.
Según la nota, mantuvieron una conversación abierta con el estudiante y su familia, explicando detalladamente los motivos detrás de la decisión.
Indicaron que le ofrecieron alternativas educativas adaptadas a su perfil, las cuales recibió con interés y motivación.
La Dirección General de Educación en Holguín aseguró que las indagaciones sobre la presunta discriminación están siendo analizadas por una comisión independiente.
«A nuestros educandos les decimos que hay muchas maneras de convertirse en periodista y ejercer la profesión con pasión y compromiso».
Del mismo modo, expresan comprender la frustración de no cumplir con los requisitos para la carrera de periodismo y enfatizan que el sector educativo sigue criterios establecidos para asegurar la formación académica necesaria en los estudiantes.
¿Cuál fue el reclamo de Andy Silva Jeréz?
Andy es un joven de 16 años cuyo sueño desde pequeño ha sido ser periodista deportivo. Desde el año pasado, colabora de forma voluntaria con el INDER de Gibara realizando reportajes.
En una publicación en Facebook, el joven indicó que el requisito primordial es alcanzar 90 puntos en Español, Cultura Política e Historia, asignaturas en las que obtuvo 86, 99 y 100 puntos, respectivamente.
Andy menciona que no hay libros de texto impresos, solo digitales, y que no posee un celular, ya que su familia vive del salario de su padre, quien es profesor de Educación.
«Sin embargo, el dolor más grande fue enterarme de que era el único postulante a esa carrera y que la misma fue revocada. Además, la persona me dijo que yo era pobre y que solo aquellos con recursos podían acceder a la universidad», relató, refiriéndose a una conversación con la secretaria docente de su escuela.
Según el joven, las palabras de la secretaria destrozaron su ilusión, lo que lo llevó a dejar una carta a sus amigos explicando por qué abandonaba la escuela.
«¿Acaso por ser pobre no tenemos derecho a prosperar y así ayudar a nuestros padres en el futuro?», cuestionó Andy.
En las redes sociales, muchos coinciden en que en el país es común que los estudiantes con recursos sean quienes acceden a las mejores plazas en la educación superior, incluso si no cumplen con las calificaciones requeridas.
A pesar de que los requisitos para cada carrera son públicos y relativamente fáciles de cumplir, parece que en el sector educativo cubano se aplica el viejo refrán: «El que tiene padrino, se bautiza».