Foto: Eduardo Antonio | Facebook
Texto: Fede Gayardo
En el escenario, con su guitarra en mano y el apoyo del público, Eduardo Antonio convirtió su interpretación de “Para vivir” en algo más que un homenaje a Pablo Milanés. Su defensa artística se inició con la frase: “Pa’ que sigan hablando”.
Al recordar al maestro de la trova cubana, el cantante no pudo reprimir su voz alzándose contra quienes critican su repertorio.
Con un guiño a la memoria colectiva, se dirigió a los presentes: “¿Quién no recuerda a Elena Burke interpretando esta canción de Pablo Milanés? Si su hija está aquí y canta esas melodías, ¿por qué se convierte en un problema cuando yo las interpreto?”.
El Divo de Placetas expuso lo que considera una doble moral: mientras cantantes como Beatriz Luengo o Ania Linares pueden versionar sin reproches, su fervor por Milanés provoca controversia, como él mismo comentó.
“A mí de palito barquillero no me agarra nadie. Son muchos años de carrera sabiendo lo que hago”, afirmó, dejando claro que sus homenajes permanecerán inalterables.
Sin embargo, más allá del debate sobre quién puede entonar estas melodías, Eduardo Antonio subrayó el poder emocional que las letras de Milanés tienen para los cubanos, sin importar donde se encuentren.
“El ser humano tiene que tener moral. No pueden desaparecer sus recuerdos, borrar la nostalgia, eliminar una hermosa canción con la que creciste, porque cada quien lleva la procesión por dentro y todos, a su manera, amamos a Cuba y la extrañamos, queremos verla libre y cada uno lo siente a su manera”, concluyó el artista.
Su defensa dejó claro que, para él, la música va mucho más allá de notas, personas o ideales. Para Eduardo Antonio, las canciones son un puente hacia el corazón de la Isla y un compromiso con su historia musical y sus grandes artistas.
