Foto: Archivo CN360
En menos de siete días, el país fue sacudido por dos nuevos feminicidios. Así lo informaron las plataformas independientes Yo Sí Te Creo en Cuba (YSTCC) y el Observatorio de Género de Alas Tensas (OGAT), elevando a 14 el total de mujeres asesinadas en lo que va del 2025.
La primera víctima identificada fue Daimí Tamayo Milián, de 36 años, quien fue asesinada el 25 de abril en el Desvío del Caney, en Bartolomé Masó, provincia de Granma. Su agresor fue su expareja, quien, tras cometer el crimen, huyó y se suicidó. Daimí, conocida como «Dami» en redes sociales, dejó a una niña en la orfandad. Otro caso que destroza vidas y deja interrogantes sin respuesta.
Dos días después, ocurrió otra tragedia. Esta vez, la víctima fue Yilianys Reyes Fundora, de tan solo 17 años, asesinada por su expareja en Brasil, un poblado del municipio Esmeralda, en Camagüey. También era madre de una pequeña. Una bebé más que crecerá sin su madre y otra familia desgarrada por la violencia de género.
Ambas organizaciones mostraron su consternación y alertaron que los cortes de electricidad y la falta de conexión digital están complicando la labor de verificación y denuncia. En términos claros: hay más casos, pero no siempre se pueden documentar. Sin documentación, hay silencio. Y con silencio, hay impunidad.
Por otro lado, se están tratando de confirmar si alguna de las dos mujeres había presentado denuncias previas. En muchos casos anteriores, las víctimas habían solicitado ayuda sin recibir una protección efectiva. La falta de respuesta institucional se ha convertido en un patrón repetido y trágico.
En Artemisa, Matanzas, Santiago de Cuba, La Habana y Sancti Spíritus se están manteniendo alertas ante reportes comunitarios de otros posibles feminicidios. Las plataformas insisten: «Denunciar estos crímenes no es delito». Hacen un llamado a la ciudadanía a superar el miedo, a hablar y a compartir información que ayude a visibilizar lo que sucede a puertas cerradas.
A pesar de que el gobierno cubano no reconoce oficialmente el término feminicidio, los datos estatales revelan una realidad alarmante. Según cifras de 2024, más de 16.000 mujeres y niñas viven en entornos marcados por la violencia. La mayoría son jóvenes, negras o mestizas, con bajo nivel educativo y desvinculadas del empleo.