Crisis hídrica en Ciego de Ávila: la ciudad obtiene menos de la mitad del agua requerida.

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Texto: Hugo León

Foto: Archivo CN360

A medida que las temperaturas aumentan y la tierra se resquebraja, la ciudad de Ciego de Ávila sobrevive con menos de la mitad del agua necesaria para su población.

Actualmente, la ciudad recibe apenas 280 litros por segundo, muy lejos de los 600 litros requeridos como mínimo para cubrir las necesidades de sus habitantes. Lo que debería ser un recurso asegurado se ha convertido en una espera que puede extenderse hasta nueve días entre cada entrega.

La esperanza de mejora, simbolizada por dos turbinas que podrían multiplicar el caudal, permanece detenida en un taller de Mayabeque, a cientos de kilómetros de distancia. ¿La razón? Una pieza esencial: el alambre necesario para su instalación aún no ha llegado al país.

Bombas detenidas, sistemas colapsados

La ingeniera Miroslava Reyes, responsable de Acueducto y Alcantarillado, confirmó que las bombas, cada una con capacidad para 100 litros por segundo, están destinadas al área de San Fernando, al sur de la ciudad. Sin embargo, permanecen paradas en San José de las Lajas debido a la falta de insumos importados, lo que retrasa indefinidamente cualquier mejora en el servicio.

Con solo el 46% del suministro disponible, la ciudad ha tenido que implementar ciclos de distribución más largos, sin posibilidad de acortar los plazos. Mientras tanto, equipos de trabajo están a contrarreloj para solucionar desobstrucciones urgentes y brindar apoyo con pipas a las áreas que no están conectadas directamente a la red.

Morón también al límite

La crisis no solo afecta a la capital provincial. En Morón, más de 360 fosas siguen sin limpiar debido a la falta de piezas para los equipos encargados de esta tarea. De las 13 unidades operativas, solo cinco están en funcionamiento, mientras que el resto se encuentra inactivo por la ausencia de neumáticos y baterías.

Además, se han comenzado obras en el reparto Villamil para instalar nuevos tubos de alta densidad, con el objetivo de restaurar el deteriorado sistema de alcantarillado. Estas intervenciones también abarcan zonas como la estación de rebombeo de la calle Gonzalo Marín y el área entre las calles Libertad y Padre Cano, donde se llevan a cabo limpiezas profundas de redes hidrosanitarias ante la inminente temporada ciclónica.

Los pronósticos climáticos no son alentadores. Abril fue el mes más seco en Ciego de Ávila desde 2008, con precipitaciones que se situaron por debajo del 30% del promedio histórico. El problema, sin embargo, no es reciente: en los últimos años, numerosos meses han registrado lluvias por debajo de lo habitual. La sequía estructural ya no es una excepción, sino parte del día a día.

Las autoridades afirman que están trabajando con los recursos disponibles, pero la realidad evidencia otra situación: el acceso al agua, un derecho fundamental, está condicionado por la dependencia de importaciones, el deterioro de la infraestructura y la falta de planificación efectiva.

En medio de esta crisis, miles de familias viven entre cubos, tanques y horarios inciertos, esperando no solo que el agua llegue, sino que lo haga con suficiente presión, calidad y la dignidad que debería acompañar todos los elementos esenciales.

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