Foto: Cuba Noticias 360
Texto: Fede Gayardo
La Heladería Coppelia presenta “nuevos proyectos” para este verano en La Habana, incluyendo la promesa de “un servicio mucho más accesible y una alternativa para la mayoría de sus visitantes, en contraste con los precios impuestos por heladerías privadas”.
Un artículo publicado en el medio estatal Tribuna de La Habana destaca que “La Catedral del Helado”, con 59 años de servicio, sigue siendo “un termómetro de referencia cuando las olas de calor atraen a decenas de personas a sus canchas”.
Además, se menciona que este comercio permanece entre las preferencias recreativas de los habaneros debido al “renombre de su nombre y a su helado de alta calidad”.
Reconocen, por otra parte, que tanto “las críticas como las alabanzas lo convierten en un lugar que forma parte de la historia de los habaneros”, desde su inauguración el 4 de junio de 1966, por orden de Fidel Castro y Celia Sánchez.
Entre las iniciativas que mantiene la heladería se encuentra un acuerdo con la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), que permite a sus miembros disfrutar de un día específico en el que se realiza “una peña literaria que ha tenido gran acogida”.
La idea de buscar nuevas alternativas para el verano es parte del compromiso de sus trabajadores, “quienes muestran un claro esfuerzo por garantizar el servicio en esta catedral que no ha cerrado sus puertas”, añade el artículo.
Asimismo, remarcan que visitar Coppelia es “casi una tradición” entre los cubanos y que, según la prensa estatal, “los testimonios de miles de personas resaltan la importancia de mantener este servicio de atracción turística”.
Finalmente, se considera un reto para sus empleados “el monitoreo constante de la calidad y variedad de la oferta”, dos aspectos que han sido objeto de duras críticas por parte de los clientes que acuden a sus instalaciones en busca de un alivio ante el calor de la Isla.
Coppelia ha enfrentado una avalancha de críticas desde hace tiempo. Las largas colas, la atención deficiente, la baja calidad de sus productos, los precios que roza lo absurdo y la escasez de “variados” sabores en su menú son cuestiones recurrentes.
En resumen, más allá de su fama, historia y arquitectura, muchos habaneros sienten que hoy Coppelia ofrece poco más que frustración y deja un “mal sabor”, con precios bastante elevados.