Conviasa interrumpe los vuelos con parada en La Habana en la trayectoria Moscú-Caracas.

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Foto: Cuba Noticias 360

El último vuelo de Conviasa con escala en La Habana ya tiene fecha. A partir de este 28 de abril, la aerolínea estatal venezolana cesará operaciones en la ruta Moscú-La Habana-Caracas, una conexión que desde 2023 había sido una de las pocas vías que mantenía a Cuba conectada con el turismo ruso, uno de los pocos mercados que no ha abandonado la isla.

La información fue confirmada por la Asociación de Operadores Turísticos de Rusia (ATOR) a través de su canal de Telegram, especificando que los vuelos directos entre Moscú y Caracas continuarán activos. Sin embargo, la escala en Cuba queda fuera del mapa de Conviasa “por tiempo indefinido”, según destaca el portal ruso Fomag.

Esta noticia ha sorprendido a operadores turísticos como Fun&Sun y Coral Travel, quienes ofrecían paquetes que incluían vuelos de Conviasa hacia Cuba. Ahora se ven obligados a encontrar soluciones improvisadas para cientos de viajeros con reservas. Algunos recibirán reembolsos, mientras que otros serán reubicados. Aquellos que insistan en mantener sus estancias en hoteles cubanos deberán buscar vuelos alternativos por su cuenta, lo que se vuelve cada vez más complicado y costoso.

Aunque siguen operando vuelos con Rossiya y Nordwind, la disminución de opciones reduce el atractivo de Cuba como destino turístico, especialmente para el mercado ruso, que en los últimos años había mostrado una relativa fidelidad.

Cuba, por su parte, sostiene que está invirtiendo en sus aeropuertos. En la reciente Feria Internacional de Transporte y Logística, las autoridades presentaron renders de nuevas salas, pistas renovadas y mejoras en la Terminal 3 del Aeropuerto José Martí. De hecho, se inauguró un espacio con capacidad para 300 pasajeros.

Aerolíneas como Avianca, Copa y Wingo continúan volando desde Colombia a La Habana, pero con ocupaciones inferiores al 70%, cifras que no justifican económicamente las operaciones. Según expertos del sector, un vuelo necesita al menos un 80% de ocupación y una tarifa media de 300 dólares por asiento para ser rentable. Sin esos números, mantener rutas se convierte en una pérdida asegurada para las aerolíneas comerciales.

El cierre de Conviasa representa más que una simple cancelación de vuelos; es un síntoma de la situación actual. Cuba pierde conexiones mientras intenta sostener una narrativa de apertura y desarrollo. La realidad es distinta: menos rutas, menos turistas y un creciente aislamiento.

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