Foto: Manuel Larrañaga
Las discrepancias políticas entre Cuba y Estados Unidos continúan generando nuevos temas de discusión y debate cada día. Ya sea el embargo o el bloqueo, ataques sónicos o grillos, mercenarios o ciberclarias; lo cierto es que siempre habrá un asunto que podemos analizar, desde uno u otro punto de vista.
El último trending topic en esta historia interminable es la escultura de hormigón fundido que se erige en Cuba frente a la embajada de Estados Unidos en La Habana.
Esta estructura, que tiene forma de bandera cubana, alcanza alrededor de 10 metros de altura, aunque las dimensiones finales no son aún exactas ya que está en proceso de construcción.
Hasta el momento, no se sabe si es obra de un escultor en particular.
La única información disponible es que la construcción está a cargo de trabajadores de la Empresa de Construcción y Mantenimiento (ECOM), ubicada en la Lisa, quienes compartieron un post en su perfil de Facebook sobre la escultura.
“En nuestra Tribuna Antiimperialista se levanta ya esta monumental obra: nuestra bandera, que jamás ha sido mercenaria y en la cual brilla una estrella que resplandece más cuanto más solitaria”, indica el texto.
¿Y por qué es importante esto? En primer lugar, por su ubicación, en el espacio que antes ocupaba el Monte de las Banderas, justo frente a la fachada de la embajada de Estados Unidos en Cuba.
Para algunos, esta bandera simboliza un claro acto político y reafirmación revolucionaria, especialmente en un momento en que las relaciones entre ambos países son tensas, incluso con Joe Biden en la presidencia.
La internauta Alina Rubio tuiteó al respecto: “¡Qué hermosa! Debe estar ahí para que la vean bien y no se equivoquen, por ella nuestros muertos alzarán sus manos, por ella daremos la vida, ella es sagrada, los hombres dignos la respetan. Mi bandera cubana de la estrella solitaria”.
Por otro lado, también es relevante el uso de recursos destinados a esta obra en un contexto donde escasean los materiales de construcción y miles de hogares en el país sufren esta carencia cada día.
La usuaria de Twitter, @ByeByeHabana, plantea: “Oye, pero ¿cómo hay materiales para hoteles de turistas y para construir propaganda comunista? ¿Cuba, viste la bandera de cemento frente a la embajada?”
El uso de recursos con fines políticos no es algo nuevo en Cuba (ni exclusivo de este país). Aún se discute cuánto habrá costado la famosa Tángana en el parque Trillo, los desfiles del 1ro de mayo o la más reciente caravana contra el bloqueo, que, aunque incluyó muchos autos particulares, también utilizó vehículos estatales e incluso transporte público, como las nuevas motocicletas eléctricas que circulan en La Habana.
Si antes era motivo de preocupación, ahora—en medio de una pandemia y una compleja situación económica—cada centavo, cada litro de gasolina, cada gramo de cemento, tienen mucho valor.
Además, surgen las preguntas: ¿todo esto para qué? ¿Qué beneficios concretos se obtienen?
