Foto: Cuba Noticias 360
Texto: Fede Gayardo
En el reparto Turey de Baracoa, el círculo infantil ‘Conchitas de Mar’ ha tenido que modificar sus horarios y adaptar sus instalaciones debido al colapso energético que enfrenta el país.
De acuerdo con lo publicado en el perfil de Radio Baracoa en Facebook, la subdirectora del centro, Niubis Pérez Navarro, explicó que ahora los pequeños pueden ingresar al círculo hasta las 9:00 a.m. y las familias pueden recogerlos a partir de las 12:30 p.m., todo en función de los turnos laborales reajustados en el municipio.
A pesar de que aseguraron que las clases continúan con su ritmo habitual, lo más sorprendente es que la alimentación de los 215 niños ya no depende únicamente del gas licuado. Ahora “utilizamos hornos de aserrín, carbón e incluso leña” para preparar los alimentos.
Pérez Navarro resaltó que la dieta de los niños está garantizada y que ya se encuentran trabajando en el plan de actividades para el verano.
La escasez de electricidad y el deterioro de la infraestructura convierten esta “normalidad” en un crudo reflejo de la precariedad que se extiende a todas las instituciones del país. Esta dura realidad se ha evidenciado en otras provincias, donde también han tenido que implementar “nuevas estrategias” para mantener los servicios.
A mediados de mayo, en la provincia de Artemisa se realizaron cambios en las escuelas para hacer frente a la crisis energética: se flexibilizaron los horarios, los estudiantes asistían sin uniforme debido a las dificultades para lavar y planchar, y las clases se reducían si no había garantías de merienda.
Pocos días después, Guantánamo enfrentó una situación similar. Con apagones prolongados, el sistema escolar amplió las franjas de entrada y salida en escuelas y círculos infantiles.
A pesar de las promesas de mantener el proceso docente, madres y padres utilizaron las redes sociales para denunciar el agotamiento físico y emocional de sus hijos, la falta de alimentos y agua, y las deficientes condiciones para un aprendizaje adecuado.
En el círculo infantil de Baracoa se cocina con leña en pleno 2025 y, lamentablemente, esto no muestra signos de mejora. La situación se extiende por toda la Isla, donde sus educadores buscan alternativas para no interrumpir la enseñanza de los niños, pero claramente la solución está fuera de sus manos.