La noticia destacada en relación a Cuba y Estados Unidos es la reciente introducción, por parte de congresistas estadounidenses, de un proyecto de ley bipartidista que sugiere realizar los trámites relacionados con el Programa Cubano de Parole de Reunificación Familiar (CFRP, por sus siglas en inglés) en la Base Naval de Guantánamo.
Estas gestiones han sido impactadas por el retiro de funcionarios de la embajada de Estados Unidos en La Habana y el cierre de las secciones consulares, consecuencia de las tensiones políticas entre ambos países.
Para continuar el proceso de reunificación familiar, los cubanos han tenido que desplazarse a la embajada estadounidense en Guyana, lo que conlleva costos adicionales y complica la tramitación.
El nuevo proyecto de ley, que fue presentado este martes por los congresistas cubanoamericanos Mario Díaz-Balart y María Elvira Salazar, permitirá que “los cubanos continúen el proceso desde dentro de la isla, al mismo tiempo que se garantiza la seguridad del personal de los EE. UU.”.
Según explicó Díaz-Balart, las entrevistas se llevarían a cabo en la Base Naval de Guantánamo, una opción que evita que los cubanos deban abandonar el territorio nacional y que, a su vez, “protege a los diplomáticos estadounidenses”.
“En contraste con el caos en la frontera sur de Estados Unidos, la implementación de este programa asegurará un método ordenado y seguro para que los cubanos procesen sus solicitudes en la isla”, añadió.
Asimismo, advirtió que la Base Naval de Guantánamo no es un lugar donde se pueda solicitar asilo, ya que no representa “una puerta a los Estados Unidos”.
“(…) solo aquellos que tengan entrevistas tendrán acceso a las instalaciones de la Base de Guantánamo”.
Esto sugiere que podría llevarse a cabo una especie de preselección de las personas que entran a la Base, y en caso de que surjan inconvenientes para la instalación, el comandante de este enclave militar tiene la autoridad para suspender el servicio.