Aumenta la preocupación por posibles cierres de embajadas de EE.UU.: Cuba bajo la lupa.

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Foto: Cuba Noticias 360

El gobierno de Donald Trump está considerando reducir su presencia diplomática en varios países, y Cuba podría ser uno de ellos. La reciente suspensión de los diálogos migratorios exacerba la tensión existente.

Medios como CNN informaron esta semana sobre un memorando filtrado del Departamento de Estado que sugiere el cierre de 10 embajadas y 17 consulados. Esta propuesta es parte de una reestructuración impulsada por el denominado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE).

Este nuevo departamento, liderado por Elon Musk, promueve una agenda de recortes bajo el concepto de eficiencia. Aunque aún no hay una orden oficial, el documento detalla qué sedes podrían cerrarse y cómo se llevaría a cabo la reestructuración.

Entre los cierres recomendados se encuentran embajadas en África, Europa y América Latina. En algunos casos, las funciones diplomáticas serían asumidas por sedes cercanas, lo que dejaría a varios países sin atención directa.

En particular, podrían cerrarse embajadas en países como Luxemburgo, Malta, Lesoto, República del Congo, República Centroafricana y Sudán del Sur. También se propone cerrar consulados en Francia, Alemania, Reino Unido, Bosnia y Herzegovina, Corea del Sur y Sudáfrica.

Cuba podría ser especialmente vulnerable a estas decisiones. Medios estatales como el periódico Granma y el portal web Cubadebate han señalado que esta retirada representaría un retroceso significativo en las relaciones bilaterales y para los cubanos que dependen de estos servicios.

Este anuncio coincide con la suspensión indefinida de los diálogos migratorios entre Washington y La Habana. Dicho proceso había sido reactivado recientemente, tras años de inactividad, y su interrupción envía un claro mensaje de distanciamiento.

Expertos advierten que el cierre de embajadas no solo impacta la política exterior, sino también servicios esenciales como visas, asistencia consular y ayuda en situaciones de emergencia. En el caso de Cuba, esto implicaría un regreso a un contexto de aislamiento.

Un antecedente reciente fue en 2017, cuando Trump redujo drásticamente el personal en La Habana tras los supuestos «ataques sónicos». Desde entonces, la embajada ha operado con funciones limitadas, afectando a miles de familias.

Ahora, con este nuevo repliegue, se plantea transformar embajadas completas en “puestos livianos” con personal mínimo. Esto reduciría significativamente la capacidad operativa del Departamento de Estado en el terreno.

La política exterior de EE.UU. parece estar ingresando a una nueva fase: menos presencia y mayor control interno. El posible cierre de la embajada en Cuba, si se concreta, sería una señal contundente de esta nueva dirección.

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