Foto: RL Hevia
Un incendio forestal fuera de control ha arrasado más de 1,200 hectáreas de bosques de pino en la región de Arenales, ubicada en el municipio de Minas de Matahambre, intensificando una crisis ambiental y operativa en la provincia más boscosa de Cuba.
Este siniestro ha ganado fuerza debido a una serie de factores climáticos adversos. Las altas temperaturas, la sequía prolongada y los vientos de hasta 40 km/h complican las tareas de contención, a pesar de la movilización de más de 100 brigadistas y equipos técnicos especializados.
“Estamos ante un escenario complejo, con varios frentes activos”, declaró Yury Hernández Reinoso, especialista del Cuerpo de Guardabosques de la provincia, en una entrevista con Radio Guamá. Aparte del foco principal en Arenales, se reportan incendios activos en Consolación del Sur y en áreas periféricas de Pinar del Río.
La vegetación extremadamente seca funciona como combustible, y la topografía montañosa dificulta aún más el acceso a algunas de las zonas afectadas. Por ejemplo, el municipio de San Juan y Martínez ha experimentado pérdidas significativas, con más de 300 hectáreas devastadas en La Vigía.
Las autoridades han asegurado que, hasta el momento, las llamas no representan una amenaza inmediata para las poblaciones cercanas, como Mantua. Sin embargo, el rápido avance del fuego genera incertidumbre entre los residentes y requiere vigilancia constante para evitar una evacuación súbita.
Los especialistas han emitido una advertencia: las quemas agrícolas no reguladas, el descuido con colillas de cigarro y la falta de control en las zonas rurales están incrementando la incidencia de incendios.