Foto: Aviación Online
Cerca de 200 cubanos se quedaron a la espera del avión que los llevaría a Nicaragua desde el Aeropuerto de Santiago de Cuba, pero el vuelo de la aerolínea Air Century fue cancelado de manera inesperada, después de que pagaron la exorbitante suma de $3300.00 dólares por sus boletos.
Programado para el sábado 25 de diciembre, solo ayer recibirían una explicación convincente por parte de la aerolínea.
Desde su cuenta de Facebook, Cuscó Tarradell, corresponsal de la Televisión Cubana en Santiago, comentó: “Unas 20 horas de tensión se vivieron en el aeropuerto internacional Antonio Maceo de Santiago de Cuba este 25 de diciembre cuando 189 cubanos se quedaron sin vuelo hacia Nicaragua tras haber abonado 3 300 dólares por boletos de avión, ida y vuelta, con destino a Managua.”
El vuelo estaba programado para las 3:40 pm; sin embargo, la Aerolínea Air Century suspendió el viaje debido a supuestos problemas técnicos en la aeronave que se encontraba en el Aeropuerto de La Habana, detalla Tarradell.
Los pasajeros, después de haber realizado el check-in, se quedaron esperando su avión. Muchos se negaron a abandonar la sala de espera del terminal once que recibieron la noticia.
La respuesta inmediata de la aerolínea fue alquilar un avión para cubrir la primera parte del trayecto, con una escala en República Dominicana, no obstante, el resto de los pasajeros no pudo abordar, ya que el piloto solo realizaría la ruta Santiago de Cuba-Santo Domingo, “porque estaba extenuado y había excedido las horas de vuelo programadas”, comentó el periodista oficialista.
Zoraida Lozano González, delegada de Turismo, y Emilio Dominico, director del aeropuerto, ofrecieron disculpas a los 136 pasajeros que no pudieron embarcar, asegurando que «la aerolínea Air Century no tendría otro vuelo hacia Managua hasta el miércoles 29 de diciembre, y que los pasajeros varados», que residen en varias provincias del país, serían alojados en hoteles de la ciudad de Santiago de Cuba «hasta que puedan partir hacia su destino».
Air Century se haría cargo de los gastos de alimentación y estancia en esos alojamientos. Muchos de esos viajeros tenían planes que cumplir al llegar a Managua ese día y eran esperados por familiares o amigos para comenzar la travesía que los llevaría hasta la frontera con Estados Unidos.
