Foto: Alexandre Meneghini | Reuters
Expertos de la empresa Petróleos de Venezuela (PDVSA) están trabajando en conjunto con empleados cubanos en un sistema de pararrayos en la Base de Supertanqueros de Matanzas, que sufrió un incendio de gran magnitud en agosto pasado.
De acuerdo con el diario estatal Granma, actualmente se realizan labores para “el restablecimiento completo de los sistemas de pararrayos y contraincendios, con la asesoría de especialistas venezolanos y siguiendo las normas internacionales vigentes”.
El propósito de estas acciones es reducir cualquier riesgo asociado a los tanques, especialmente los que tienen una capacidad de 50,000 metros cúbicos, ampliando así la distancia de seguridad y el área destinada a contener el producto en caso de un derrame o incendio.
Rigel Rodríguez Cubells, director de la División Territorial de Comercialización de Combustibles Matanzas, explicó que entre las prioridades se encuentra la recuperación del suministro de agua a la Base de Supertanqueros, a través de soluciones como la perforación de un nuevo pozo.
Asimismo, indicó que como parte de la infraestructura antiincendios se planea la incorporación de nuevas bombas de agua.
El informe del medio mencionado reveló que los daños materiales ocasionados por el devastador incendio superan los 1,600 millones de pesos.
Tras la extinción del incendio, la División Territorial llevó a cabo una investigación sobre el riesgo de radiación térmica en relación con diferentes tipos de incendios, utilizando simulaciones y otras técnicas, añadió la fuente.
Además, se dio a conocer que el estudio tiene como objetivo establecer directrices para mejorar la respuesta ante incidentes similares.
En una reciente visita a la zona afectada, donde trabajan los expertos cubanos y venezolanos, Ramón Pardo Guerra, Jefe del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil en Cuba, sugirió la incorporación de drones como herramientas tecnológicas necesarias para aumentar la efectividad de los sistemas de vigilancia en la región.
El gobierno cubano informó que el incendio de agosto se debió a una descarga eléctrica provocada por una tormenta en la zona de la bahía de Matanzas.
Las llamas destruyeron completamente tres depósitos de la instalación y resultaron en la muerte de 17 personas, la mayoría bomberos que participaron en las labores de extinción y rescate.
Además, otras 129 personas resultaron heridas, siendo que la última de ellas recibió el alta médica 90 días después del siniestro, considerado el mayor incendio industrial en la historia de Cuba.