Texto: Mónica Fernández
Era predecible. Como cada año, por 29ª ocasión, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó con una mayoría abrumadora la resolución sobre la “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”. Se registraron 184 votos a favor, 2 en contra (Estados Unidos e Israel) y 3 abstenciones (Colombia, Ucrania y Emiratos Árabes).
¡184 países en contra del bloqueo!
Una vez más, desde Naciones Unidas #ElMundoDiceNo a la agresión y a las fallidas políticas de EEUU hacia Cuba 🇨🇺.
Es una victoria significativa para el pueblo cubano, la justicia y la verdad. pic.twitter.com/mJ10ESV4B0
— Bruno Rodríguez P (@BrunoRguezP) 23 de junio de 2021
El argumento que presentó Estados Unidos para rechazar la resolución es que considera que las sanciones son un método legítimo para cumplir sus objetivos de política exterior y seguridad nacional. El representante estadounidense dejó claro que, en lo que respecta a Cuba, las prioridades son “promover la democracia, el respeto a los derechos humanos y ayudar al pueblo cubano a ejercer sus libertades fundamentales”.
Por su parte, el canciller cubano Bruno Rodríguez comparó el bloqueo con el COVID-19, afirmando que ambos asfixian y matan. Además, advirtió a Estados Unidos sobre los riesgos de un flujo migratorio incontrolado, algo que el aumento en el número de balseros sugiere podría convertirse en una realidad si la crisis económica persiste. En el marco de la votación, Cuba organizó manifestaciones de apoyo tanto dentro como fuera del país, cuyas imágenes se compartieron en redes sociales bajo las etiquetas #NoMasBloqueo y #ElMundoDiceNo.
Una intervención más que interesante fue la de la Unión Europea. A través de su portavoz, el representante de Portugal, hizo evidente el rechazo a las sanciones estadounidenses contra Cuba, al tiempo que hizo un llamado directo al respeto de los derechos humanos en la isla.
“El comercio exterior y la inversión extranjera pueden desempeñar un papel crucial para colocar al país en una senda de modernización, reformas y desarrollo sostenible (…) La Unión Europea considera que levantar el embargo podría facilitar la apertura de la economía cubana en beneficio de su pueblo. Reconocemos que la situación de los derechos humanos en Cuba sigue siendo preocupante, especialmente en lo que se refiere a los derechos civiles y políticos. Esto nos preocupa. Por ende, reiteramos nuestro llamado al gobierno cubano para garantizar plenamente a sus ciudadanos los derechos reconocidos internacionalmente (…) incluyendo la libertad de reunión, de expresión y el acceso a la información”, afirmó durante su intervención.
El diplomático portugués recordó también a Estados Unidos que el embargo contradice convenios vigentes y es contrario a las normas generales del comercio internacional. Asimismo, enfatizó la importancia de los intercambios entre pueblos, que fueron potenciados durante la administración de Obama y prohibidos en la de Trump. A Cuba le recordó la necesidad de reformas económicas, judiciales y sociales, así como la apertura de espacios de diálogo con todo el espectro de actores de la sociedad civil.
Esto último está en línea con la reciente resolución aprobada por el Parlamento Europeo, que solicita que la realización de futuros diálogos políticos y sobre derechos humanos con Cuba esté condicionada a la participación de representantes de la oposición y organizaciones independientes de la sociedad civil.
Mientras tanto, dentro de la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, representantes de numerosas naciones y organizaciones internacionales se turnaban para expresar su postura respecto a la resolución, y afuera se estaba llevando a cabo una manifestación. Un camión con un cartel audiovisual mostraba imágenes de detenciones y prisioneros políticos, ambientadas con la música de “Patria y Vida”. Además, decenas de personas realizaron una suerte de performance, sentadas en silencio, con las cabezas cubiertas o esposadas. Algunos sostenían carteles que decían “SOS Cuba”. En el centro de la protesta, los activistas se turnaban sentados en un garrote vil. El primero en ocupar el asiento fue el escritor Carlos Manuel Álvarez.
Sin duda, Cuba tomó el resultado de la votación como un triunfo. Sin embargo, más allá de su repercusión mediática, este ritual en Naciones Unidas no tiene impacto sobre el embargo impuesto por Estados Unidos hacia el país. Además, las referencias a los derechos humanos, misteriosamente, no fueron reflejadas en la prensa estatal.
