Foto: Jorge Luis Baños
Recientemente, una publicación sobre las ofertas y precios de las tiendas operadas por micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) ha generado un intenso debate sobre su funcionamiento y, en particular, sobre los altos precios de sus productos.
El supuesto “esplendor” de estas tiendas ha suscitado opiniones de algunos cubanos que contrastan su situación con la escasez de ofertas en otros establecimientos de la isla.
Sin embargo, uno de los puntos más controvertidos del debate radica en los precios de productos que, para muchos consumidores, son prácticamente inalcanzables.
Además, se ha señalado que estos altos precios reflejan los que se encuentran actualmente en los comercios estatales que venden en MLC o en el mercado negro, lo que sugiere que las tiendas operadas por Mipymes estarían simplemente revendiendo productos. El usuario Humberto comentó en Cuba Noticias 360: “La mayoría no producen bienes ni servicios, lo que están legalizando es la reventa”.
En este contexto, la internauta Dania explica que “la Mipyme es aquella unidad económica con personalidad jurídica, que posee dimensiones y características propias y que busca desarrollar la producción de bienes y la prestación de servicios para satisfacer las necesidades de la sociedad”.
Posteriormente, añade que “tienen límites ocupacionales y financieros establecidos por el estado o regiones. Las Mipymes son agentes con lógicas, culturas, intereses y un espíritu emprendedor específicos. No como ahora, que están explotando los precios de productos que la clase trabajadora no puede adquirir”.
El estado cubano aprobó el 29 de septiembre de 2021 las primeras 35 Mipymes, de las cuales 32 eran privadas y 3 estatales, tal como informó el Ministerio de Economía y Planificación en su portal oficial.
Según este ministerio, la creación de Mipymes “forma parte del perfeccionamiento de los actores económicos, un proceso encaminado a poner en su justo lugar todas las formas de gestión de la economía cubana, con el objetivo de liberar su potencial y contribuir al desarrollo socioeconómico del país”.
Varios usuarios han señalado que la autorización de este modelo de negocio es un aspecto positivo para la economía de la isla. Sin embargo, hay ciertos aspectos que deben ser revisados y controlados por el estado.
Por ejemplo, Alin Zamora opina que “los precios de los productos no están ayudando al trabajador. Las instituciones políticas deben revisar este tema de precios; si el gobierno le da facilidades para importar, ¿por qué esos precios?”.
Asimismo, otro cubano llamado Piti enfatiza: “El problema son las contradicciones del gobierno en relación a los productos importados; por un lado, la Aduana limita los artículos que entran por los aeropuertos, alegando que son para uso comercial, y por otro, autoriza a estas Mipymes a importar y vender productos de primera necesidad a precios inalcanzables para el salario promedio de los cubanos”.
Por su parte, José Antonio Miralles Rodríguez aclara que “las Mipymes se crean para vender productos supuestamente para el pueblo, pero lo que han hecho es engañarlo”.
Miralles Rodríguez se pregunta: “¿Por qué el estado no regula precios? ¿Por qué no les hace pagar impuestos sobre ganancias como se hace en el resto del mundo? De lo contrario, será un medio de revender al pueblo. Buscan eficiencia aumentando precios, no produciendo”.
Los comentarios sobre esta problemática son numerosos, un tema que los cubanos enfrentan a diario debido a la escasez de productos en las tiendas estatales y los precios elevados, entre otros problemas. Según estos consumidores, la iniciativa de las Mipymes no soluciona, por ahora, esta situación; al contrario, parece agravarla y perpetuar esquemas que complican la vida y economía de los ciudadanos de la isla.