Texto: Hugo León
En los últimos 16 años, el gobierno ruso ha proporcionado a Cuba créditos para proyectos en sectores como energía, transporte e industria metalúrgica, superando los dos mil millones de dólares. No obstante, la situación de estos sectores no ha mejorado en ese tiempo y, en ciertos aspectos, ha empeorado.
De los dos mil 300 millones de dólares que se prestaron entre 2006 y 2019 para financiar estos proyectos, en 2006 se asignaron hasta 350 millones para la adquisición de equipos necesarios para los sistemas energéticos y de transporte de la Isla, según, cubrieron medios de prensa en esa época.
Asimismo, mil 360 millones estaban destinados a la infraestructura de plantas energéticas del país, según resumió el medio ruso Sputnik en junio.
El decreto firmado en su momento por el primer ministro ruso Dmitri Medvédev incluyó la financiación para la construcción de un bloque generador de 200 megawatts en la central Máximo Gómez, así como otros tres bloques de igual potencia en la planta de Santa Cruz del Norte.
El crédito debía ser restituido por Cuba en un plazo de 10 años, con una tasa de interés del 4,5 por ciento.
Sin embargo, la crisis energética que atraviesa el país, admitida por las altas autoridades, está relacionada, según sus propias palabras, con un deterioro tecnológico que no puede solucionarse fácilmente.
La Habana experimenta cortes de electricidad por bloques de cuatro a seis horas diarias, mientras que el resto del país enfrenta apagones de hasta media jornada, lo que ha generado descontento e incluso protestas pacíficas en diversas provincias.
En este contexto, a menudo se mencionan en los grupos de redes sociales de la Unión Eléctrica de Cuba (UNE) el crédito y su uso, que generalmente quedan sin respuesta. Además, no se ha publicado un artículo explicativo sobre este tema en los medios estatales cubanos.
¿Qué sucedió con el dinero?
Las claves para entender el destino del crédito se encuentran en un comentario de la viceministra de Energía y Minas de Cuba, Tatiana Amarán Bogachova, en respuesta a un lector de Cubadebate.
De acuerdo con la viceministra, el monto de mil 200 millones de euros (equivalente a mil 360 millones de dólares en su momento) cubre el 90 por ciento del costo del proyecto, y Cuba está obligada a pagar por adelantado el 10 por ciento restante.
Amarán Bogachova señaló que entre 2016 y 2019 se llevaron a cabo estudios de viabilidad y se preparó el proyecto, realizado por empresas rusas y cubanas. La demora se debió a la complejidad del proyecto, que requirió cambios en la ubicación de uno de los bloques y ajustes técnicos en los estudios.
A comienzos de 2020, los intercambios se desaceleraron debido al impacto de la Covid, ya que se cerraron temporalmente las fronteras de muchos países, incluidas las cubanas.
Posteriormente, explicó, las condiciones económicas se deterioraron y Cuba no pudo disponer del monto anticipado acordado, lo que permitía que la parte rusa disfrutara del crédito para el proyecto.
Amarán indicó que, a principios de 2022, el retraso se vio afectado por el conflicto entre Rusia y Ucrania.
En resumen: no se ha utilizado nada del crédito y el proyecto no ha podido reanudarse, señaló la viceministra.
Aseguró que Cuba no puede destinar el dinero a otro fin que no sea el proyecto y que la gestión y administración de esos fondos, los cuales son para financiar el trabajo de las empresas rusas involucradas, corresponde a una entidad rusa.
El mensaje de la viceministra fue publicado en la página de la Empresa Eléctrica de Granma, donde varios internautas expresaron su descontento por el hecho de que Cuba no pudiera cubrir ese 10 por ciento que le correspondía del proyecto, mientras destinaba recursos a otros propósitos.
De acuerdo con Sputnik, desde 2020, Cuba dejó de amortizar esa deuda y solicitó a Moscú la revisión de las condiciones del crédito. Como resultado, en junio de este año, el presidente ruso Vladimir Putin ratificó los protocolos para modificar los acuerdos firmados y posponer los pagos.
La propia viceministra, Tatiana Amarán, declaró a ese medio que La Habana y Moscú trabajan en varios proyectos conjuntos vinculados a la cooperación energética bilateral y en la concepción de proyectos útiles para disminuir la dependencia cubana de los combustibles fósiles importados.
Unión Cuba Petróleo (CUPET) también colabora con la petrolera rusa Zarubezhneft en la extracción de crudo del yacimiento de Boca de Jaruco y con Rosneft para aumentar la capacidad de extracción en los yacimientos de la isla.
No obstante, por el momento, esos proyectos no han sido suficientes para aliviar la situación del sistema electroenergético en la nación caribeña.
Mientras tanto, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, declaró recientemente en la televisión nacional que, como resultado de inversiones realizadas y de trabajos que se llevarán a cabo en la isla, se prevé incorporar entre 700 y 900 megawatts al sistema de generación del país antes de que finalice el año, con el objetivo de evitar apagones.