Foto: Irene Pérez
A más de una semana desde que se extinguió el fuego en la Base de Supertanqueros, ubicada en la provincia de Matanzas, diferentes grupos de trabajo han comenzado labores de saneamiento y restauración de las áreas no afectadas por las llamas del siniestro.
En la actualidad, el principal riesgo se encuentra en el suelo de la base, donde el petróleo ha quedado disperso.
De acuerdo con los informes de un equipo de especialistas, presentados a las autoridades cubanas, se están desarrollando estrategias de «biorremediación» que se implementarán, así como la disposición de los desechos peligrosos resultantes de las acciones de recuperación.
El periódico local Girón informó que el pasado fin de semana se extrajeron más de 240 toneladas de acero, llevándose a cabo cuatro o cinco rastras diarias.
Los trabajadores de la zona estiman que el total deberá estar entre 3 000 y 3 500 toneladas. Para estas operaciones, ha sido necesario utilizar equipos secos como oxicortes y cizallas hidráulicas, ya que el suelo contaminado por petróleo presenta un alto riesgo al usar oxígeno y acetileno para desmantelar tuberías y tanques.
La recolección de escombros va de la mano con la sustitución de tuberías y ensamblajes, tal como informaron los funcionarios al medio de prensa provincial.
Estas actividades se llevan a cabo en todas las áreas afectadas, a excepción de la correspondiente al primer tanque incendiado.
En dicha área, se realiza un saneamiento especial, en el que los operarios rellenan con tierra de las áreas circundantes el petróleo derramado, para posteriormente extraer la mezcla y llevarla a un repositorio algo distante, que no fue especificado por el medio.
Las autoridades locales esperan concluir estas acciones de saneamiento con vistas a reconstruir las instalaciones devastadas por el fuego, como el laboratorio de análisis de productos químicos. Además, intentarán recuperar la capacidad de almacenamiento de 200 000 metros cúbicos que se perdió con el siniestro.
Esta cifra representa la segunda mayor consecuencia del incendio, luego de las trágicas pérdidas humanas, dejando una huella significativa en la ya debilitada economía nacional de la isla caribeña, donde la crisis energética actual afecta a los ciudadanos cubanos.