Foto: Héctor García
En Guayos, un poblado del municipio de Cabaiguán, en el centro de Cuba, manipular voladores representa un acto casi de identidad cultural. En esta comunidad, a pesar de la escasa ayuda gubernamental, sobreviven con el ferviente apoyo de la gente unas parrandas que están a punto de cumplir su centenario. Estas celebraciones forman parte del conjunto de fiestas tradicionales reconocidas como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Sin embargo, en Guayos también han tenido lugar accidentes relacionados con la manipulación de fuegos artificiales, algunos de los cuales han sido tristemente célebres por los daños materiales y la pérdida de vidas humanas.
El incidente más reciente ocurrió el 18 de noviembre en una vivienda ubicada en la calle 21 de Octubre, entre Independencia y General Carrillo, donde dos personas resultaron lesionadas, incluyendo a un menor de edad.
Según el testimonio de los vecinos, un par de explosiones y una densa humareda negra evidenciaron la gravedad del siniestro, que provocó quemaduras a David Alejandro Martínez Reyes, de 16 años, y a Nelson Ferrer Díaz, de 28.
La prensa local, citando a fuentes del Ministerio del Interior, informó que el accidente se debió a la detonación de dos sacos de voladores que se almacenaban de manera clandestina en la vivienda, donde además residían una bebé y dos ancianos, junto con otros explosivos y petardos en una habitación adyacente.
Horas después de la explosión, Nelson Ferrer Díaz recibió el alta médica, ya que sus lesiones no requirieron hospitalización; no obstante, David Alejandro Martínez Reyes se encuentra en estado crítico extremo, con un elevado riesgo para su vida, alrededor del 60% de su cuerpo quemado y un trauma torácico severo, según lo confirmó a la prensa Tatiana Hernández González, jefa del Servicio de Quemados del Hospital Provincial Camilo Cienfuegos de Sancti Spíritus.
A pesar de las especulaciones que circulan en las redes sociales, las autoridades del Minint aún no han revelado la causa específica que originó la explosión y se mantienen en el lugar en busca de testimonios y evidencias.
Una cosa es cierta y lo han enfatizado como advertencia en todas las plataformas: “Pudo ser mucho peor”.