Puente peatonal sobre el río Guaso: ¿una historia sin fin?

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Foto: Periódico Venceremos

Hace cinco meses inició la construcción de un puente peatonal sobre el río Guaso en la capital de Guantánamo, al este de Cuba. Este puente, de 79 metros de longitud, conectará la zona central de la ciudad con la conocida Ciudad Deportiva en San Justo, respondiendo a una antigua demanda de los guantanameros, quienes han visto este sueño postergado durante años y décadas.

El viaducto aprovechará dos arterias existentes para crear una calzada en forma de escalinata que descenderá hasta el Guaso. Se emplearán losas de cemento prefabricadas de 2.40 metros de ancho, situadas a unos 50 centímetros del río, las cuales se unirán a la otra orilla, donde también se construirá otra escalinata, según lo declarado a la prensa local por la arquitecta Zulma Ojeda Suárez, una de las principales impulsoras del proyecto.

Para prevenir accidentes, el plan contempla la inclusión de una baranda temporal que podrá ser desmontada ante condiciones climáticas adversas, evitando así la creación de una barrera innecesaria en el torrente. En teoría, todo está en perfecto orden.

Posteriormente, en mayo, comenzó lo que el ingeniero Eider Gamboa, director del equipo a cargo de la obra, describió como “lo más crítico”: la excavación de 40 huecos de 1.20 de ancho por un metro de profundidad en el lecho resistivo del río, la fundición de 16 cimientos con vigas prefabricadas, y la escalera de acceso.

Sin embargo, cuando parecía que los trabajos avanzaban a buen ritmo, la actual “contingencia” energética obligó a detener las labores. El último hormigón se vertió el 28 de septiembre, y desde entonces, la brigada de arquitectura está inactiva en el río.

La escasez de materiales, especialmente áridos, y la incapacidad de adquirirlos en la industria local han llevado a buscar alternativas en provincias vecinas, aunque esta solución no es la óptima.

“Necesitamos 50 metros cúbicos de arena, y sólo contamos con 20 que compramos en Santiago de Cuba, cuya calidad es inferior a la que se produce en Guantánamo, además de requerir más combustible para su transporte”, comentó el ingeniero Eider Gamboa al periódico Venceremos.

Aunque el cemento no representa un gran inconveniente, ya que se han conseguido 35 toneladas de mortero en Mariel y Cienfuegos, el traslado de estos materiales por toda la isla implica un alto costo en combustible, un gasto que no estaba previsto en los planes iniciales.

Lo más preocupante es que ningún funcionario se atreve a asegurar cuándo se reanudarán las obras para completar lo que queda por hacer, que no es poco: fundir los cimientos pendientes, colocar los restantes vigas y losas prefabricadas, todo “soldado” de tal manera que funcione como un único elemento capaz de soportar la fuerza del agua, y encontrar soluciones para garantizar el acceso de personas con discapacidad, de modo que la estructura cumpla su función de vía de comunicación y no se convierta en una barrera arquitectónica.

El puente peatonal facilitará el tránsito de una parte a otra de la ciudad y ahorrará tiempo, además de contribuir al ahorro de recursos, especialmente en un contexto de aumento en los precios del transporte debido a la falta de combustible. Sin embargo, los guantanameros aún no han podido beneficiarse de estas ventajas, y ven cómo el puente, que han solicitado durante décadas, vuelve a estar en pausa.

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