Foto: Roy Leyra | CN360
Según la última actualización, en Cuba ya se han establecido cerca de 3,765 pequeñas y medianas empresas. De estas, solamente 53 son mipymes de propiedad estatal, mientras que el resto corresponde a iniciativas privadas o cooperativas. De hecho, por primera vez en décadas, hay más empresas privadas que estatales.
“El problema no radica en que surjan nuevas empresas de forma dinámica en el sector privado. El verdadero desafío es que el sector estatal no esté experimentando un crecimiento similar”, ha comentado el economista cubano Agustín Lage en su blog personal.
Agrega además: “La experiencia de los últimos años indica que el surgimiento de pequeñas empresas estatales no será un proceso espontáneo. Es necesario inducirlo e incluso fomentarlo desde los organismos del Estado.
“Aún pesan mucho los hábitos de inercia. El contexto regulatorio también prioriza el control sobre el crecimiento, penalizando más la iniciativa que fracasa (y es natural que muchas fallen) que la falta de iniciativa. Es imperativo cambiar este contexto…”, señala Lage, analizando algunas de las causas de este fenómeno.
Es importante mencionar que de las 3,765 mipymes, el 55% son reconversiones de empresas existentes y el 45% son nuevos emprendimientos. De ellas, el 97.2% son privadas, el 1.3% estatales y el 1.5% cooperativas.
Con la creación de estas mipymes, las cifras oficiales indican que se han generado 62,301 nuevos puestos de trabajo en la economía. Sin embargo, varios economistas advierten que es necesario analizar si estos son realmente nuevos empleos o una migración del sector estatal hacia el privado.
Otras preocupaciones se relacionan con la obtención de financiamientos, el acceso a un mercado cambiario, “dificultades para llevar a cabo exportaciones e importaciones, en parte debido a los pequeños volúmenes que estas empresas requieren para operar. Además, estos nuevos actores económicos necesitan un acompañamiento en términos jurídicos y económicos”, afirmó a Prensa Latina la profesora de la Facultad de Economía de la Universidad de La Habana, Lourdes Souto.