Foto: Marcelino Vázquez / ACN
En medio de un intenso debate en redes sociales, Cuba ha aprobado la Estrategia Integral de Prevención y Atención a la Violencia de Género. Esta decisión fortalece las acciones planificadas para abordar este problema, como se detalla en la Gaceta Oficial de la República.
El documento incluye un apartado específico para actuar frente a las agresiones en el ámbito familiar, dado que, según expertos, la estructura patriarcal de esta institución social la convierte en una de las más violentas.
El Acuerdo 9231 de 2021, aprobado por el Consejo de Ministros, abarca iniciativas que van desde el ámbito nacional hasta el local-comunitario, adoptando un enfoque multisectorial, interseccional e interinstitucional.
Además, integra el enfoque de género en todas las áreas y organismos que impactan la supervivencia de este fenómeno, y establece el papel de organizaciones sociales, de masas, la sociedad civil y los gobiernos municipales y provinciales, para una respuesta coordinada ante esta problemática.
“Probablemente, ahí radica una de sus principales fortalezas: no deja nada al azar y define claramente los retos, cómo abordarlos y quiénes deben hacerlo”, menciona el acuerdo.
La estrategia integral se organiza en torno a 10 componentes, que incluyen: comunicación social, educación y formación continua; prevención, acciones locales y comunitarias; desarrollo legislativo; información y estadísticas; investigación, seguimiento y evaluación.
Cabe recordar que en la Encuesta Nacional sobre Igualdad de Género, realizada en la isla en 2016, el 39.6% de las encuestadas indicó haber sido víctima de agresión en algún momento de sus relaciones de pareja, y el 22.6% lo fue a lo largo de sus vidas.
La forma más común de violencia es la psicológica, seguido por la económica, la física y la sexual, aunque la población en general no justifica los ataques hacia mujeres u hombres.
Por supuesto, “la violencia de género vulnera los derechos humanos y es el resultado de la interrelación entre ejes de opresión como la clase social, la edad, el color de la piel, la ocupación, la sexualidad, el territorio y las situaciones de discapacidad, que se superponen, intersectan y coexisten de manera simultánea”, señala una nota de Prensa Latina.