Foto: RRSS
Texto: Fede Gayardo
En el Museo Nacional de Bellas Artes, durante la XXIV edición de la Bienal Internacional de Humorismo Gráfico, el caricaturista Manuel Hernández Valdés recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas en un acto especial.
Este galardón, el más importante en las artes plásticas cubanas y anunciado oficialmente en marzo, reconoce la amplia trayectoria de Hernández Valdés y la huella indeleble que ha dejado en el patrimonio cultural de la Isla.
Al recibir el premio, Hernández Valdés recordó los inicios de su generación, que “tuvo que aprender haciendo. Somos como autodidactas colectivos. Aún me considero un aficionado que sigue aprendiendo. Para mí es un honor. El verdadero premio es haber sido útil y haber realizado un trabajo que las personas valoran”.
El jurado destacó la dimensión “integral y paradigmática” de su obra, que logra capturar con sutileza el mundo del campesinado nacional a través de esculturas, cerámicas y viñetas. Cada pieza hace referencia a tradiciones, relatos y rostros del campo cubano, construyendo una narrativa visual reconocida tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.
Durante más de cinco décadas, Hernández Valdés ha recibido numerosos reconocimientos, entre los que destacan el Premio Nacional de Periodismo José Martí (2001), el Premio Nacional del Humor (2006) y la Medalla Pablo Picasso, otorgada por el Consejo Mundial de la Unesco en 1997.
Sus obras de cerámica han embellecido espacios tan emblemáticos como el Museo de la Cerámica de Cuba y el Museo Nacional de Bellas Artes, mientras que sus caricaturas han sido publicadas en medios estatales como Bohemia, Juventud Rebelde y Granma.
