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Expertos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) llevaron a cabo una evaluación de las condiciones de la Central Electrónica de Juraguá (CEN) en la provincia de Cienfuegos.
Esta instalación, situada a 256 kilómetros de La Habana, iba a ser la “versión cubana de Chernóbil” y se consideraba el pilar de la generación eléctrica en el país.
Sin embargo, tras el incidente en la central soviética y la posterior disolución de la URSS, los planes para la CEN en Cienfuegos se detuvieron, luego de que su construcción comenzó a principios de la década de los 80.
Después de haber estado abandonada por un periodo prolongado, fue visitada por los inspectores de la OIEA para evaluar el estado de clausura de la instalación.
La inspección contó con la participación de especialistas de los Ministerios de Industrias (MINDUS) y de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), según informan medios locales.
Los inspectores constataron la correcta clausura de la CEN y destacaron “el alto nivel profesional y la transparencia de las autoridades cubanas en su gestión, así como el conocimiento de los mecanismos y controles internos establecidos en materia de salvaguardias nucleares”, declaró Jorge Luis Paredes, miembro de la Oficina de Regulación y Seguridad Ambiental (ORSA).
El funcionario también indicó que la Dirección Integrada de Proyectos del MINDUS está planificando la reconversión y habilitación de esta instalación en Cienfuegos como un confinatorio nacional de desechos peligrosos.
La ORSA, que forma parte del CITMA, es la autoridad nacional reguladora responsable de implementar los mecanismos de control que aseguran el cumplimiento de los compromisos internacionales asumidos por el Estado cubano en materia de seguridad nuclear.