De acuerdo con una revisión científica desclasificada, solicitada por el Departamento de Estado de Estados Unidos y obtenida por BuzzFeed News, los sonidos asociados con supuestos ataques sónicos entre los diplomáticos estadounidenses en Cuba, probablemente, fueron provocados por grillos, y no por armas de microondas.
Este informe del Departamento de Estado fue elaborado por el grupo asesor JASON, una prestigiosa junta científica que ha revisado asuntos de seguridad nacional de Estados Unidos desde la Guerra Fría.
Se completó en noviembre de 2018, dos años después de que decenas de diplomáticos estadounidenses en Cuba y sus familias reportaran haber escuchado zumbidos y luego haber padecido lesiones neurológicas desconcertantes, que incluían dolor, vértigo y dificultad para concentrarse.
Obtenido por BuzzFeed News a través de una solicitud de la Ley de Libertad de Información, el informe fue clasificado inicialmente como “secreto”. Este concluyó que los sonidos que acompañaron al menos ocho de los 21 incidentes originales del “síndrome de La Habana” eran “muy probablemente” producidos por insectos.
Además, consideró que es “muy poco probable” que las microondas o los rayos de ultrasonido, que han sido sugeridos en varias ocasiones por funcionarios del gobierno de EE. UU. para explicar las lesiones, estuvieran implicados en los incidentes.
Si bien este estudio no determinó la causa específica de las lesiones, encontró que los efectos de la psicología de masas “psicógenos” podrían haber influido.
“Ninguna fuente de energía plausible (ni radio/microondas ni sónica) puede producir tanto las señales de audio/video grabadas como los efectos médicos reportados”, señala el informe, añadiendo: “Creemos que los sonidos grabados son de origen mecánico o biológico, más que electrónico. La fuente más probable es el grillo de cola corta de las Indias”.
El equipo recibió ocho grabaciones de incidentes relacionados con las lesiones y realizó un análisis exhaustivo de dos grabaciones de video de un paciente realizadas por teléfono celular, para confeccionar el informe JASON.
Tras una comparación con grabaciones de diversas especies de insectos, concluyeron con “gran confianza” que los sonidos en este caso provenían de una especie de grillo particularmente ruidosa, Anurogryllis celerinictus.
La investigación descartó la posibilidad de que las microondas pulsadas o el ultrasonido fueran responsables, en parte porque la WiFi y otros dispositivos electrónicos en la casa donde se registraron los ruidos inicialmente funcionaron sin inconvenientes.