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Al igual que la Base de Supertanqueros de Matanzas, las redes sociales también están en llamas. El incendio, que colapsó el segundo y tercer tanque en la medianoche del 8 de agosto, ha provocado una avalanche de dolor que se refleja tanto en el ámbito real como en el virtual.
Desde que el 5 de agosto se desató el incendio sin precedentes en la historia de la isla, los cubanos, ya sea dentro del país o en cualquier rincón del mundo, se han mantenido en estado de alerta, buscando información actualizada, fotografías, videos… elementos que les ayuden a comprender qué ocurrió y, sobre todo, a quién se le puede atribuir la culpa.
Después de que los medios estatales confirmaran que un rayo fue el causante del siniestro, han surgido muchas teorías: algunos argumentan que el sistema de pararrayos y protección contra incendios estaba débil, otros creen que fue un sabotaje como protesta contra los apagones y la inflación, y hay quienes sostienen que en realidad no fue un rayo, sino resultado de negligencia.
Para aclarar estas especulaciones, Rolando Isaac Nogueira Castro, exmiembro del Cuerpo de Bomberos de Cuba y actual misionero de la Iglesia Metodista, publicó en su cuenta de Facebook un post en el que denomina algunas de estas hipótesis como un disparate.
“Esto no es un cartucho, un jardín, una fogata que se enciende cuando uno quiere —ilustra—. Esto es un depósito superficial vertical para almacenar 50 millones de litros de combustible. No es un cubo de alcohol. Si alguien hubiera intentado sabotear el tanque intencionalmente, habría muerto en el acto”.
Su opinión no es arbitraria, sino el juicio de un experto: Rolando Isaac Nogueira Castro se desempeñó como bombero durante 18 años, es especialista superior en Seguridad contra Incendios y especialista nacional en Extinción de Incendios; además, fue profesor de varias generaciones de bomberos, incluidos algunos que hoy enfrentan las llamas en Matanzas.
“La tarde del viernes 5 de agosto, la inclemencia del tiempo nos jugó una mala pasada. Un rayo encendió el tanque 52. Su impacto fue fuerte y directo —describe en su post—. Fue tanta la energía acumulada que provocó la explosión de la masa de vapores dentro del tanque antes de que fuera dirigida a tierra. Parte de la tapa salió disparada, permitiendo que el líquido ignífugo entrara en llama”.
Nogueira Castro también narra su experiencia con incendios provocados por rayos: “Recuerdo un caso que, al llegar, la descarga calcinó el techo de madera y los equipos eléctricos de los residentes. En otra ocasión, se incendió una habitación de una clínica y, en un tercer caso, los registros de un garaje. Estos fueron incidentes menores comparados con el que estamos tratando”.
Para reforzar su teoría, menciona ejemplos pasados, como un inmenso incendio en la refinería Ñico López en 2006 y otro en el mismo lugar, que afectó a dos tanques de 20,000 metros cúbicos de combustible durante una tormenta.
Debido a su papel como religioso y experto sin vínculos con el gobierno cubano, la opinión de Nogueira Castro está siendo replicada por numerosos medios alternativos y por usuarios de redes sociales de diversas tendencias políticas, ya que se basa en conocimiento, experticia e imparcialidad.
Desde que las llamas comenzaron a consumir el primer tanque, ya parte de la historia, Rolando Isaac ha estado publicando post tras post, incluyendo uno dedicado especialmente a sus compañeros bomberos desaparecidos que se ha vuelto viral, donde interpela a sus colegas: “No es negligencia, que nadie los acuse de negligentes. Ustedes cumplieron con su misión. Ustedes dieron lo mejor. Y al final volverán a salir cuando suene el timbre de la campana”.