Foto: Archivo | CN360
El número de mascotas que han salido de Cuba ha crecido de manera exponencial. Hasta la fecha en 2023, ya han salido más de 2,000, lo que representa más del doble en comparación con el año anterior.
La doctora María Gloria Vidal, del Centro Nacional de Sanidad Animal, confirmó que las autoridades cubanas han emitido más de 2,000 certificados de exportación hasta este año.
En este contexto, declaró: “Muchas personas piensan que existe un problema por parte de la autoridad veterinaria cubana, pero no es así. Siempre hemos mantenido una actitud colaborativa”.
Sin embargo, cada país tiene sus propias regulaciones sobre la importación de animales, lo que complica el proceso. Estados Unidos, por ejemplo, que es el principal destino de los inmigrantes cubanos, permite que quienes ingresan legalmente al país lleven a sus mascotas, aunque incluye a Cuba en una lista de naciones con alto riesgo de rabia canina, lo que conlleva requisitos adicionales.
Dado que Cuba no tiene un laboratorio reconocido por Estados Unidos, las pruebas de sangre para detectar la rabia deben ser enviadas al norteamericano para su análisis.
Diversos grupos de activistas cubanos por los “derechos de los animales” han señalado que tanto los inmigrantes como sus mascotas están beneficiándose de los servicios creados para asistirles.
Nathalie Osorio, una de las activistas, comentó: “Hemos contribuido a reunir familias e incluso hemos ayudado a perros que han quedado solos en un apartamento (…) que solo reciben la visita de algún familiar lejano que les deja comida y se marcha”.
Así las cosas, las mascotas que desean salir de la isla enfrentan múltiples desafíos, desde estrictas normas hasta altos costos y obstáculos logísticos.