El primer ministro de Cuba, Manuel Marrero, afirmó que Cuba sigue siendo un destino turístico de paz, a pesar de la tensión que se vive en el país ante los anunciados acontecimientos del 15 de noviembre (15N), donde parte de la población planeaba manifestarse pacíficamente en búsqueda de mayores libertades.
“Cuba seguirá siendo un destino de turismo de paz”, subrayó el funcionario durante un evento que marcó el reinicio de las operaciones turísticas y la reapertura de fronteras para visitantes extranjeros.
Las declaraciones del primer ministro contrastan con la realidad de algunas áreas del país, donde ciudadanos han denunciado sufrir detenciones arbitrarias, vigilancia policial e incluso actos de repudio.
A pesar de que, hasta ahora, el estado general del país parece calmado, algunos activistas de la plataforma ciudadana Archipiélago y otras personalidades han expresado que están siendo privados de sus derechos.
Por ejemplo, la emprendedora Saily González, una de las figuras más reconocibles de Archipiélago, ha compartido en redes sociales videos que documentan cómo miembros de la comunidad, y se especula que también agentes gubernamentales vestidas de civil, la agredieron con un acto de repudio, especialmente después de que colgara sábanas blancas en su patio.
“El patio de mi casa es particular. Video sin audio para que los gritos de los esbirros no empañen la belleza de mis telas blancas ondeando”, publicó en su cuenta de Twitter.
Es importante recordar que la convocatoria de Archipiélago, liderada por el dramaturgo Yunior García, instó a la ciudadanía a utilizar el color blanco para las protestas de este lunes.
Otra de las personas que ha denunciado la violación de sus derechos es la cantante urbana conocida como “La Diosa”.
La artista había expresado anteriormente su deseo de participar en las manifestaciones pacíficas del 15N; sin embargo, mencionó que no puede salir de su casa debido a que se encuentra “vigilada” por un operativo policial.
Otros usuarios en redes sociales han informado que, al menos en la capital, hay una notable presencia policial, lo que ha llevado a describir las calles como “militarizadas”.