Foto: Roy Leyra | CN360
A pesar de que la guerra iniciada por Rusia contra Ucrania ya provocó la salida masiva del turismo ruso en Cuba, otro efecto del conflicto bélico podría ser la escasez de piezas nuevas y repuestos para los automóviles Lada que circulan en la isla caribeña.
Durante los años, el gobierno cubano ha ido reemplazando su parque automovilístico con marcas de diversas regiones, especialmente de China, pero el sector privado aún mantiene un alto número de estos vehículos de origen ruso.
El transporte en la isla ya se ha visto afectado por la falta y el aumento del costo del combustible, y ahora los ciudadanos cubanos se enfrentan a la posibilidad de un desabastecimiento de las piezas de los Ladas y también de los autos marca Moskvitch, dado que se han suspendido los vuelos hacia Rusia.
Algunos expertos estiman que hay alrededor de 100,000 autos Lada en la isla, aunque estas cifras son aproximadas, ya que el gobierno nunca ha proporcionado datos exactos sobre el parque vehicular nacional.
William LeoGrande, experto en temas de América Latina y Cuba en American University de Washington, comentó a la agencia AP que uno de los impactos negativos más significativos de la guerra en la isla está relacionado con el transporte, debido a la cancelación de vuelos con Rusia.
“La interrupción del transporte será un problema para Cuba en cuanto a piezas de repuesto”, afirmó LeoGrande, explicando que muchas de las maquinarias presentes en la isla fueron fabricadas en la antigua Unión Soviética y en naciones del este de Europa. Según el especialista, una posible solución podría ser el envío de piezas a través de terceros países o por barco, aunque esto sería complicado para piezas individuales.
Adicionalmente, en Cuba, gran parte de la flota de camiones de carga y tractores utilizados en la agricultura también son de fabricación rusa o de antiguos países soviéticos, así como muchas marcas de motocicletas.
Mientras tanto, los nuevos modelos de Lada que han llegado a la isla dominan la flota de taxis en La Habana y otras ciudades, y a diferencia de los modelos más antiguos, resulta más complicado adaptarles cualquier pieza.