Foto: Roy Leyra | CN360
Reza el dicho: “Nada es como antes”, y tampoco puede serlo. Pero lo que ocurre normalmente en Cuba es que, antes, algunos lugares conservaban cierta calidad, y hoy, si no optas por el sector privado, puedes llevarte una amarga experiencia en “lo estatal”.
Un caso básico: el helado de Coppelia, que fue, por mucho tiempo, visita obligada de todo aquel que estuviera en la capital.
Por supuesto, no hablamos solo del Coppelia de La Habana. Otras provincias sufren, también, de esta situación, donde los consumidores, además de pagar precios elevados, no quedan satisfechos y hacen largas colas para poder entrar.
Falta de sabor, cremosidad, azúcar y leche son algunos de los elementos que muchos usuarios en redes sociales reclaman. De hecho, se ha vuelto común recibir críticas diarias en estas plataformas sobre el producto que ofrece Coppelia.
No escapó de la inflación ni de la dejadez que dejó la pandemia. Tras las nuevas políticas de adquisición de materias primas para la elaboración del producto, ahora una bola te cuesta $50.00 CUP.
La nostalgia invade y muchos recuerdan cuando Coppelia era un lugar al que repetían una y otra vez. Pero ahora prefieren ir a otro donde les vendan mejor el producto y reciban un trato más respetuoso.
Varios clientes, por otra parte, han reclamado sobre “el desvío” de helados de Coppelia abiertamente, ya que no pocas personas salen del lugar con tinas, sobre todo de chocolate, sabor que actualmente no está a la venta. Todo indica que es un “derecho exclusivo” de quienes pagan mucho más “por la izquierda”.
Coppelia, en pleno Vedado capitalino, desde su surgimiento tenía una capacidad para atender a más de mil personas al mismo tiempo.
Un lugar donde trabajaban más de 400 empleados, que servían 4 mil 250 galones de helado a 35 mil clientes durante cada jornada laboral, aproximadamente.
Se dice que en la década de finales de los 60 se ofrecían hasta 26 sabores y 24 combinaciones con dulces y galletas. Aseguran que lo que un día fue, hoy no será.
