El grupo Huellas ha lanzado una campaña en redes sociales para adquirir una planta eléctrica para la cubana Bárbara Tamayo Vázquez (Baby), quien padece una enfermedad rara y necesita un suministro eléctrico constante para sus equipos de respiración.
Conocida como Baby en su natal Gibara, en la provincia de Holguín, sufre de policondritis recidivante, una enfermedad inmunológica poco común que ataca todos los cartílagos del cuerpo, según informan los coordinadores de la campaña solidaria.
Esta condición ha afectado su sistema respiratorio, estrechando los cartílagos de la tráquea y causando estenosis traqueal y subglótica. Debido a esto, Baby tiene una traqueotomía permanente para poder respirar. Además, como resultado de la enfermedad y las numerosas operaciones, ha perdido la voz.
Un día antes, la propia gibareña pidió ayuda al gobierno local a través de sus redes sociales, ya que los constantes apagones en su municipio la ponen en riesgo de no poder usar su máquina respiradora debido a la falta de suministro eléctrico.
“Dirigido a todos los que están involucrados en mi caso, especialmente al Gobierno y el PCC de mi territorio. En horas de la tarde sufrimos un apagón debido a la actual situación energética en nuestro país. Yo, Bárbara Tamayo Vázquez, he esperado pacientemente durante varios meses una solución radical para mi caso. Como todos saben,dependo de un equipo de oxígeno eléctrico y aspiradora eléctrica para sobrevivir; no tengo un horario fijo para su uso, ya que eso depende de mi capacidad ventilatoria.”
Frente a la difícil situación de la joven, el equipo de Huellas, liderado por Johanna Jolá y Lisandra Martin, se comprometió con su caso y decidió iniciar una campaña para recaudar fondos para comprar una planta eléctrica para Baby.
En solo 36 horas, lograron recaudar más de 36 mil pesos cubanos y 85 MLC, además de que dos cuentapropistas donaron una planta eléctrica, según anunciaron en sus perfiles de Facebook. “Nuestro proyecto ha recibido hoy la donación de una planta eléctrica TOJO -AGRO de 920 w, de manos de Ernesto Proenza Suárez y Disney Caballero, ambos trabajadores independientes y miembros del sector privado, compartiendo no de lo que les sobra, sino de lo que tienen. Ernesto y Disney han puesto la planta eléctrica en nuestras manos y nos han dicho que, si no le sirve a Bárbara, la vendamos para comprar la que realmente necesita. Así lo haremos con total transparencia.”
Hasta el momento, las jóvenes buscan a alguien que pueda revisar y evaluar la planta eléctrica, ya que esta no enciende. Sin embargo, no se rinden en su esfuerzo por ayudar y brindarle a Baby la tranquilidad que tanto le ha faltado.
