Foto: The South African
Texto: Mónica Fernández
El 22 de abril pasado, Lindiwe Sisulu, ministra de Asentamientos Humanos, Agua y Saneamiento de Sudáfrica, recibió a 24 ingenieros cubanos. «Estarán en el país durante tres años, brindando apoyo en el mantenimiento de infraestructuras y competencias en toda la cadena de valor del agua, desde su origen hasta el grifo. La mayoría trabajará con grupos de agua/río y municipios para ofrecer formación», declaró Sisulu a los medios. Esta es la cuarta ocasión en que Sudáfrica contrata ingenieros cubanos: en 2015, 2017, 2019 y 2021.
Las reacciones de los partidos de la oposición no se hicieron esperar. La Alianza Democrática emitió una declaración pidiendo la cancelación del contrato. Por su parte, Action SA solicitó a ingenieros sudafricanos desempleados registrarse con la organización para presentar una lista de candidatos nacionales al gobierno. La Asociación de Veteranos Militares uMkhonto weSizwe (MKMVA) apoyó la contratación, argumentando la larga tradición de colaboración entre los países y la escasez de ingenieros locales dispuestos a trabajar en áreas rurales. Según el profesor Anthony Turton, experto en gestión de recursos hídricos de la Universidad de Free State, cerca de dos mil ingenieros sudafricanos están desempleados. Esto contradice el listado de profesiones esenciales que muestra un déficit de ingenieros, confirmado por la lista 2020 de ocupaciones en alta demanda.
Sin duda, la mayor oposición proviene de los grupos profesionales. La Institución Sudafricana de Ingeniería Civil (SAICE) y los Ingenieros Consultores de Sudáfrica (CESA) aclaran que el Consejo de Ingeniería de Sudáfrica (ECSA) no reconoce los títulos de ingeniería cubanos, ya que Cuba no es signatario de los Acuerdos de Washington, Sydney o Dublín. Por ende, los ingenieros cubanos solo podrían trabajar en el país bajo la supervisión constante de un ingeniero local. Aunque CESA no puede proporcionar ingenieros del sector privado al público, ofreció sus servicios ante la llegada de los cubanos, lo que contradice la legislación sudafricana.
El sindicato Solidarity envió una carta a la ministra solicitando la suspensión inmediata del programa y la legalidad de la licencia y el registro de los cubanos. Además, presentó una lista de más de 120 ingenieros dispuestos a trabajar en los mismos asentamientos a los que fueron enviados los cubanos. Solidarity argumenta que no se justifica la importación de trabajadores extranjeros en medio de una crisis de desempleo, con una tasa oficial de paro de casi el 33% en Sudáfrica.
Según un comunicado de la organización, la contratación de ingenieros cubanos podría costar a los contribuyentes sudafricanos $5,543,776 anuales, superando la cifra inicial de $4,730,689. Se informa que los ingenieros cubanos recibirán anualmente $22,175 más que sus homólogos locales, ya que «además de sus salarios, los contribuyentes deben cubrir varios beneficios, incluidos vuelos a Cuba para vacaciones, alojamiento, comida, transporte, internet, y más», explicó el director ejecutivo Dirk Hermann. El Ministerio de Asentamientos Humanos, Agua y Saneamiento refutó estas cifras, afirmando que el costo anual será solo de $1,350,000.
La ministra Sisulu también mencionó que los ingenieros cubanos no se consideran empleados, sino que recibirán un estipendio mensual como mentores para transferir sus conocimientos a los expertos locales. La justificación de su despliegue se basó en su «inusual y exclusiva experiencia en el mantenimiento y la prolongación de la vida útil de infraestructuras relacionadas con el agua y el saneamiento». Ella indicó que «muy pocos de nuestros ingenieros aceptarían trabajar en zonas rurales debido a sus familias y preferencias de trabajo. Donde más sufrimos es en las áreas rurales, y los ingenieros cubanos que vienen aquí son conscientes de que enfrentan una situación difícil y vienen a ayudar», comentó.
La respuesta de Solidarity incluyó la divulgación de los contratos de los cubanos, que demuestran que realizarán tareas de ingeniería y no se limitarán a ser mentores, como indicó la ministra. Solidarity ya anunció su intención de llevar el caso ante la Corte Suprema de Pretoria.
La controversia por la contratación de los 24 ingenieros cubanos es parte del creciente escrutinio al gobierno de Cyril Ramaphosa. Entre 2015 y 2017, la Fuerza de Defensa Nacional de Sudáfrica (SANDF) pagó a Cuba más de $14,783,404 para el mantenimiento y restauración de vehículos militares, que finalmente fueron vendidos como chatarra. En 2020, el gobierno también fue criticado por contratar 200 médicos cubanos para combatir el coronavirus.
Nota: Para facilitar la comprensión de este texto, todos los montos originalmente expresados en Rands sudafricanos fueron convertidos a dólares estadounidenses.
