Foto: Roy Leyra / CN360
“La Habana está repleta de colas”, comentaba la actriz Laura Treto en sus historias de Instagram. La joven creadora de contenido, hija del actor Jorge Treto y la asistente de dirección Emma Robaina, se encuentra de visita en la isla en casa de sus padres.
Durante un paseo matutino con sus progenitores, Treto mostró una dura realidad de los habaneros y, en general, de los cubanos, quienes llevan casi tres años haciendo largas filas para poder comprar alimentos en las escasas tiendas que ofrecen productos en pesos cubanos.
“La cola del pollo puede durar todo el día y puede que casi al llegar ya se haya acabado el pollo, habiendo esperado cuatro horas y media en vano. Se pueden ver a unos policías que recogen el carnet de identidad de 10 en 10 para poder entrar”, relataba el actor Jorge Treto a su hija en las historias.
Las interminables colas pueden formarse en las cercanías de las tiendas, extendiéndose incluso varias cuadras más allá, como se puede observar en los videos que grabó la actriz. El padre también le comenta que cuando una persona está en la cola, convencida de que ya está cerca de entrar, pueden aparecer cinco o seis más, alegando que les habían marcado.
Estas situaciones han dado origen a la figura del “colero”, una persona que marca para varios o que compra distintos alimentos para revenderlos. Las soluciones que toman las administraciones de las tiendas y los gobiernos provinciales son tan variadas como las personas que están a cargo de organizarlas. Por ejemplo, además del ya famoso “ticket”, hay fuerzas del orden que se hacen presentes en las colas cuando son largas o existe riesgo de protestas.
A los policías se suma el organizador de la línea, o alguien que comienza a llamar por números. En las tiendas situadas en áreas más residenciales, suele ser algún dirigente de los CDR, quien en ocasiones otorga privilegios a “los coleros”. Otra de las alternativas, y que resulta de las peores, es organizar varias colas según los productos. En este sentido, pueden encontrarse las colas de cárnicos: pollo y picadillo, además de colas para otros artículos de primera necesidad como jabón, detergente o pañales desechables.
La Habana está llena de colas y la actriz Laura Treto se asombra, pero aquellos que las enfrentan han perdido toda capacidad de sorpresa.