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Beatriz Batista, una destacada defensora de los derechos de los animales en Cuba, compartió sus experiencias durante su travesía terrestre desde México hacia Estados Unidos, así como las difíciles condiciones que enfrentó al estar retenida durante 50 días antes de ingresar a territorio estadounidense.
“Durante un mes no me proporcionaron ropa. El uniforme que recibí fue talla XL y tuve que usarlo durante todo ese tiempo. El blúmer que me dieron estaba manchado por la menstruación. Pasé 50 días con la misma ropa de cama, una sábana y una colcha llena de agujeros. Pasé mucho frío y hambre. Estuve 8 días sin bañarme porque había guardias muy racistas”, relató Batista en sus stories de Instagram.
La cubana comentó que durante su tiempo en cuarentena sufrió maltrato por parte de los guardias del centro de detención donde se encontraba.
“Tienes derecho a una hora de libertad, es decir, salir de tu celda para ir a una mesa y hacer una llamada y tomar una ducha. Me tocó un guardia que no cumplía con ese tiempo. Solo me daba 30 minutos y aprovechaba para llamar a mi familia, dejándome sin tiempo para ducharme. Ese hombre era muy cruel y nos quitaba los recesos que teníamos. Incluso cuando reclamé, le dio derechos a otras, pero a nosotras, que entramos el día 7, no. Hay mucha discriminación por parte de los propios inmigrantes que trabajan allí”, explicó.
Batista cruzó el Río Bravo para solicitar asilo político en Estados Unidos, primero siendo retenida en un centro de detención en el condado de Yuma. “El primer refugio donde me llevaron fue a Yuma. Allí había mujeres con niños y familias. Normalmente, separan a las mujeres de los hombres y las familias se llevan a otro lugar. Las mujeres y los niños no demoran prácticamente nada”, añadió.
“Hay personas que son liberadas con el I-220 (permiso para estar libre bajo supervisión de inmigración). La inmigración llega con una lista y las sacan bajo palabra. Sin embargo, hay personas como yo que tuvieron que pagar una fianza. Afortunadamente, tuve que pagar una fianza de un monto bastante bajo, pero hay quienes pagaron fianzas de 16,500, 20,000, o 10,000 dólares. Otros deben presentarse ante un juez para solicitar fianza. Para todo esto, se requiere un abogado y un patrocinador, es decir, alguien en EE. UU. que se comprometa a encargarse de tus gastos y tu situación legal”, comentó.
Relató que fue entrevistada por oficiales de inmigración en Nogales, Arizona. “Me solicitaron mis datos y un contacto en Estados Unidos, y me preguntaron si tenía miedo de regresar a mi país y si estaba pidiendo asilo político. Respondí que sí. Ahora inicio un caso de asilo político donde uno debe presentar pruebas. No a todos se les acepta”, indicó.
La joven, que salió de Cuba con un visado de estudios hacia España, donde residió unos meses antes de decidir viajar a México con destino a Estados Unidos, mencionó que actualmente se encuentra en California y espera cumplir sus sueños en este país. “Estoy bien, estoy viva. Creo que mi futuro en EE. UU. será mejor que en Cuba. Es un país que ofrece muchas herramientas y oportunidades. Quiero aprovechar esas oportunidades, algo que no pude hacer en mi país, y encontrar un trabajo para salir adelante”, agregó.