Foto: El Nuevo Herald
Las redadas policiales para la incautación de antenas parabólicas ilegales no cesaron en los años 2000; de hecho, todavía continúan e incluso han aumentado en las últimas semanas tras los acontecimientos del 11 de julio.
Estos dispositivos son utilizados por cubanos de todas las edades para «matar el aburrimiento» al ver la programación televisiva de Estados Unidos, principalmente de Florida.
Aunque siempre han sido ilegales, hay momentos en los que las autoridades miran para otro lado. Sin embargo, después del 11J, las restricciones sobre estas antenas se intensificaron, según reportes de algunos residentes de La Habana.
Los operativos implementados para localizarlas han llevado a los propietarios de estos aparatos a suspender el servicio hasta nuevo aviso.
La razón parece ser la intención de evitar que en Cuba se visualicen imágenes y reacciones sobre los sucesos del mes pasado, así como las secuelas evidentes, como videos de las protestas, la intervención policial y los diferentes análisis y opiniones críticos hacia el gobierno.
“La dueña de la antena nos informó que estaríamos varios días sin servicio porque la policía se presentó en la casa de otros que tienen una antena cerca de esta cuadra y decidió no arriesgarse, desinstalando la suya hasta que cesen los operativos. (…) Le dijeron que no quieren que la gente vea las imágenes de las protestas”, compartió una vecina de Centro Habana, identificada como Mary, al medio independiente 14 y Medio.
Parece que las principales redadas se están llevando a cabo en Centro Habana, un lugar donde el servicio de Direct TV tiene una gran demanda.
