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Tres hombres detenidos en Florida y en espera de juicio por tráfico humano podrían enfrentarse a penas de diez años, tras ser capturados en Miami. Los acusados, de origen hispano, son señalados por formar parte de una presunta red armada que trajo a ciudadanos cubanos desde la isla y retuvo a algunos de ellos para exigir una recompensa.
La semana pasada, un gran jurado de Miami acusó a Didier Pérez Pérez, Lester Leyniel Soca Díaz y Yoandy Alonso de transportar ciudadanos cubanos a los EE. UU. a través del condado de Monroe, en el extremo sur de Florida, y luego de retener a algunos de ellos en contra de su voluntad para exigir a sus familias recompensas de 15,000 dólares, de acuerdo con documentos judiciales citados por la agencia EFE.
“Los migrantes fueron amenazados, incluso se les dijo que se quedarían en medio del océano si no pagaban sus deudas de contrabando. La policía logró rescatar a los migrantes capturados y desmantelar la red de transporte de extranjeros, acompañando a un amigo de una víctima al punto de intercambio de rehenes”, informa el medio de prensa.
Cada uno de los tres ciudadanos enfrenta seis cargos en total, con una pena máxima de 10 años de prisión y hasta tres años de libertad vigilada, así como multas que pueden alcanzar los 250,000 dólares si son hallados culpables.
Los contrabandistas están siendo procesados por delitos ocurridos desde agosto hasta principios de septiembre de este año, en los que “participaron otras personas, tanto conocidas como desconocidas” ante la justicia de EE.UU.
Hasta el momento, la fiscalía ha mencionado en sus documentos a dos víctimas, quienes habrían estado retenidas en una casa en Hialeah y habrían recibido amenazas de muerte si no se cumplía con el pago de la recompensa.
La acusación también establece la confiscación de embarcaciones, vehículos y aviones que pudieran haber sido utilizados para cometer los delitos imputados.
Tanto por mar como por tierra, los llamados coyotes son recursos comúnmente utilizados por inmigrantes que intentan llegar a Estados Unidos de forma más directa. Sin embargo, aunque muchos de estos contrabandistas cumplen con su parte del acuerdo y trasladan a los inmigrantes de “forma segura”, pueden ocurrir actos violentos como los descritos.