Foto: Jorge Luis Borges
Tras varios meses de intensificación de la pandemia de coronavirus en Cuba, las autoridades implementarán una nueva serie de medidas para combatir el aumento de contagios de COVID-19, que ha puesto al país en una situación crítica.
Los expertos han calificado la situación en la isla como muy peligrosa. Se han reportado más de 3000 casos en un solo día. Los pacientes confirmados con la enfermedad no bajan de 2000 diarios, y las muertes también están en aumento. Ya no solo fallecen personas de edad avanzada o con enfermedades preexistentes; también se han reportado muertes de jóvenes sin condiciones clínicas previas, así como la presencia de la variante delta del COVID en varias provincias, la cual es considerada la más contagiosa hasta la fecha.
El contexto sanitario, de hecho, atraviesa su peor momento desde que se registraron los primeros casos de coronavirus en Cuba en marzo de 2020. Este panorama se presenta en medio de la intervención sanitaria con Abdala, el candidato vacunal que ha mostrado una eficacia superior al 92 por ciento, comparable a las vacunas Pfizer o Moderna.
Las medidas adoptadas buscan constituirse como un muro de contención contra el coronavirus. La primera fue declarar al país en fase de transmisión comunitaria. El ministro de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda, recordó que esta fase no se había aplicado en el año y medio de lucha contra el coronavirus.
El paquete de nuevas regulaciones incluye un incremento en la vigilancia epidemiológica, que se traduce en un mayor control sanitario en los puntos de entrada al territorio nacional y en garantizar el cumplimiento de los protocolos en esas instalaciones; incrementar la pesquisa para identificar posibles pacientes contagiados, evitar altas concentraciones de personas, disminuir la movilidad y asegurar la disponibilidad de todo el suministro médico e higiénico-epidemiológico para la población con COVID-19, además de la aplicación de los candidatos vacunales Abdala y Soberana 02, según informó el diario estatal Granma.
Sin embargo, muchos cubanos se han sorprendido al notar que las nuevas medidas no incluyen otras que resultaron efectivas durante los primeros brotes de coronavirus, como la suspensión del transporte público, la entrada de turistas al país o la paralización de actividades en los centros de trabajo, adonde diariamente se dirigen cientos de miles de cubanos luego de hacer largas colas en paradas repletas. En ocasiones anteriores, ante estas demandas ciudadanas, especialmente en redes sociales, las autoridades han declarado que el país no puede permitirse esas suspensiones debido a la compleja situación económica que enfrenta.
No obstante, recientemente se mencionó que el curso escolar regresaría en septiembre, lo que parece una medida apresurada en medio de esta grave situación epidemiológica. La opinión pública sugiere que dicho anuncio busca responder a la esperanza de que durante ese mes una buena parte de los cubanos esté inmunizada y, por lo tanto, se reduzcan los contagios y se atenúe considerablemente la crisis sanitaria que ya se vive en algunas provincias. Este es el caso de Matanzas, que reportó más de 700 casos de coronavirus el miércoles, una cifra alarmante para una provincia cubana.
Una luz de esperanza se vislumbra en La Habana, que hace algunos meses fue el epicentro de la pandemia. La capital cubana ha superado el millón de personas vacunadas con al menos una dosis de Abdala. El número de contagios ha disminuido a menos de 400, en comparación con meses anteriores, cuando se superaban los 600 diarios.
La situación del país en los próximos días no sugiere una mejora. Los modelos oficiales indican que se prevé un aumento de casos, por lo que también se espera que crezca el número de fallecidos por una enfermedad que ya ha cobrado más de 1200 vidas en Cuba.