Foto: Enrique González Díaz
El gobierno cubano ha dado inicio a ejercicios militares en un contexto de creciente hostilidad con Estados Unidos, que concluirán este sábado 20 de noviembre con la declaración del Día de la Defensa Nacional.
Bajo el nombre de Moncada 2021, este ejercicio es dirigido por los altos mandos militares del país, contando con la participación del retirado presidente y general de ejército Raúl Castro, teniendo como objetivo la preparación de la población ante un hipotético ataque al país.
El diario estatal Granma ha indicado que «las maniobras tienen como propósito estudiar las acciones para prevenir y enfrentar situaciones de riesgo, amenazas y agresiones a la seguridad del país».
Granma también ha destacado que estas prácticas militares se están llevando a cabo en un contexto de guerra no convencional, según preparado por Estados Unidos.
Los ejercicios militares finalizarán este sábado con la declaración del Día de la Defensa Nacional, donde se realizarán más maniobras para contrarrestar una supuesta invasión enemiga. En esta campaña participan militares y grupos organizados del pueblo bajo la tutela de las Fuerzas Armadas. Esta clase de preparación combativa fue denominada Guerra de todo el pueblo por el fallecido presidente Fidel Castro.
Los ejercicios fueron anunciados después de la organización de una marcha pacífica por el grupo Archipiélago, originalmente programada para el 20 de noviembre, pero adelantada para el 15 con el fin de evitar coincidencias con las maniobras anunciadas a última hora.
La cadena multinacional CNN ha centrado su atención en la relación de Moncada 2021 con la defensa ante una «invasión enemiga» en medio de la creciente tensión con EE.UU., algo que ha sido destacado por diversos medios internacionales y reconocido por el propio sistema de medios públicos cubanos.
El gobierno de la isla tenía esperanzas de un cambio positivo en las relaciones con Estados Unidos tras la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca. Sin embargo, el actual presidente estadounidense no ha aliviado las medidas que intensificaron el cerco económico hacia la isla impuesto por su predecesor, Donald Trump. En su lugar, ha mantenido la condena hacia la isla por violaciones a los derechos humanos y la libertad de expresión, especialmente tras las manifestaciones del 11 de julio en las que la población cubana salió a exigir derechos.
Desde esas manifestaciones, decenas de personas han permanecido encarceladas y se han incrementado los actos de repudio contra opositores, lo cual ha sido condenado y rechazado por Estados Unidos, la Unión Europea y otros organismos internacionales.
El gobierno cubano no se ha pronunciado sobre estos acontecimientos, pero ha afirmado que las protestas han sido organizadas por agentes de cambio al servicio de organizaciones anticastristas.