Foto: RRSS
Texto: Fede Gayardo
El rock cubano se llena de luto tras la partida de Iván Fariñas de Armas, conocido por muchos como “el abuelo del rock cubano”, quien falleció en La Habana a los 75 años.
El Instituto Cubano de la Música confirmó su fallecimiento, noticia que fue acompañada de condolencias por parte del Ministerio de Cultura y destacadas figuras de la escena local, según informó la estatal Agencia Cubana de Noticias (ACN).
Desde sus primeros acordes, Fariñas se mostró como un pionero de su tiempo. Nacido el 22 de junio de 1949 en la capital, encontró en su madre, Cecilia Aramí de Armas Jiménez, profesora de piano, la inspiración que avivó su amor por la música.
Durante su adolescencia, desafió el desconocimiento y la desconfianza hacia el rock al fundar Venaton en su etapa escolar y, poco después, en 1965, creó Los Halcones junto a Luis Rovira y Daniel Longres en la secundaria.
Después de un tiempo en el Quinteto Negro hasta 1967, Fariñas inició en 1970 un proyecto decisivo: The Musical Power Men. Con esta banda luchó contra la desconfianza estatal hacia la música anglosajona y creó un espacio donde fueron gestados futuros protagonistas de agrupaciones como Nueva Generación y Sesiones Ocultas.
En 1975 se formó Viento Solar, el vehículo creativo que consolidaría su fama. A pesar de las limitaciones del llamado Quinquenio Gris, el grupo resistió a través de ensayos rudimentarios. Como él mismo explicó, la idea era crear “una superbanda, algo similar a Grand Funk Railroad, pero con un sello propio adaptado a las condiciones cubanas”.
Viento Solar se presentó en escenarios emblemáticos como La Zorra y el Cuervo, compartiendo el escenario con Benny Vidal, Ricky Orlando y Elena Burke. En 1978, la banda reinauguró el Rumba Palace en Marianao, junto a Francisco Fellove y Los Muñequitos de Matanzas. Luego de experimentar con baladas a mediados de los años 80, regresaron al rock con nueva energía, siendo impulsores de los festivales de Alamar entre 1990 y 1992.
El repertorio de Fariñas al mando de Viento Solar incluye temas como “Amo la vida” y “Gato”, que reflejan su compromiso con la creación original, algo inusual en una época donde muchas bandas se limitaban a versionar éxitos ajenos.