Texto: Hugo León
Foto: RRSS
El deporte cubano está de luto. Este 26 de mayo falleció Emiliano Chirino Álvarez, un entrenador emblemático del equipo nacional de boxeo, reconocido por su crucial papel en la formación de campeones y en el prestigio que la isla ha alcanzado en esta disciplina a nivel mundial.
La noticia fue confirmada por el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) a través de un breve comunicado en sus redes sociales, donde se destacó su legado como “un trabajador incansable y comprometido”.
A lo largo de su trayectoria, Chirino se destacó no solo por su exigencia técnica, sino también por su profundo compromiso humano hacia los atletas. Uno de sus pupilos más destacados fue el campeón olímpico Andy Cruz, quien se formó bajo su tutela desde 2012 y lo describió como una figura paternal.
“Más que mi entrenador, era como un padre. Le debo gran parte de lo que soy hoy en el ring”, declaró el boxeador matancero al medio Swing Completo. Juntos lograron múltiples éxitos, incluyendo oros panamericanos en 2015 y 2019, así como el título olímpico en Tokio 2020.
“Todo lo que logré en mi carrera es también un logro de él. Siempre lo llevaré conmigo”, añadió Cruz, quien continúa activo en el boxeo profesional.
Chirino fue uno de esos entrenadores capaces de guiar, inspirar y extraer lo mejor de sus atletas, incluso en condiciones materiales difíciles, sin perder nunca la disciplina ni la pasión por su labor. Su influencia abarcó varias generaciones de boxeadores cubanos, muchos de los cuales lo recuerdan como un referente de constancia y verdadera vocación.