Foto: Roy Leyra | CN360
Texto: Hugo León
El deterioro progresivo de las capacidades de transporte de pasajeros y de las infraestructuras en los últimos años marca la situación general del transporte en Cuba, reconoció el ministro del ramo, Eduardo Rodríguez Dávila, en una transmisión nacional.
Durante el programa Mesa Redonda, el titular de Transporte señaló que esta situación ha resultado en “una menor oferta de servicios, lo que genera una gran insatisfacción entre la población y afecta la disciplina y calidad de los servicios”.
Causas según las autoridades
De acuerdo con Dávila, la principal causa que afecta el estado del transporte en Cuba es la escasa disponibilidad de moneda libremente convertible para adquirir piezas de repuesto y componentes necesarios para el mantenimiento y reparación de los vehículos. Esto impide comprar los medios que la isla necesita para mitigar la situación.
Respecto al costo de mantener la flota en buen estado, indicó que el transporte público requiere anualmente más de 40 millones de dólares solo para su mantenimiento, sin contar las inversiones necesarias.
“Sumando el envejecimiento de las flotas, las cifras aumentan cada año, haciendo imprescindibles las inversiones”, comentó.
El segundo factor mencionado por el ministro es la falta de combustible. Según él, la escasez de combustibles complica el abastecimiento de todos los medios de transporte.
En la capital, el transporte público, en condiciones normales, requiere más de 80 mil litros de diésel diarios, una demanda que no se satisface. A menudo, hay guaguas disponibles, pero falta el combustible necesario para su funcionamiento, explicó.
Como tercer elemento, Dávila hizo hincapié en la difícil situación financiera que enfrentan las empresas operadoras de los servicios de transporte de pasajeros, ya que los precios de estos servicios no cubren los gastos directos, lo que causa pérdidas significativas.
Rodríguez Dávila comparó las empresas estatales, que ofrecen precios accesibles pero están en pérdidas y dependen del apoyo del Estado, con formas de gestión no estatal que cobran precios solo asequibles a una parte de la población, así como aquellos que establecen tarifas abusivas sin recibir apoyo estatal.
Por último, mencionó que el mal estado de las vías en las ciudades y carreteras, incluida la Autopista Nacional y la Carretera Central, afecta la situación del transporte al generar más roturas de los vehículos.
¿Culpa del bloqueo?
Según Dávila, el bloqueo de Estados Unidos tiene responsabilidad en todos estos factores, “y no es solo retórica”, afirmó.
El ministro explicó que las medidas de Washington contra Cuba han dificultado las importaciones de combustibles; se han retirado las licencias para arrendar aviones, lo que impide a Cubana de Aviación arrendar aeronaves y realizar vuelos internacionales que generen ingresos en moneda libremente convertible; y se ha prohibido el ingreso de cruceros a Cuba, que eran fuentes de financiamiento esenciales para el mantenimiento del transporte.
Dávila también mencionó la crisis global provocada por la pandemia y exacerbada por la guerra en Europa, que han tenido consecuencias severas.
Asimismo, enumeró factores subjetivos que afectan el transporte en la isla.
Entre ellos, resaltó problemas organizativos y la regulación deficiente de precios que los distintos actores económicos, tanto estatales como no estatales, establecen, además de la falta de un enfrentamiento efectivo a las irregularidades en este tema.
Señaló violaciones a los parámetros de los servicios regulares, como desvíos de rutas, incumplimiento de horarios, maltrato a los pasajeros, ventas ilícitas de pasajes y exceso de velocidad.
Asimismo, destacó la indolencia y falta de sensibilidad de algunos conductores de vehículos estatales que ignoran las paradas indicadas y desobedecen a los inspectores, así como el robo de piezas de vehículos inoperativos durante largos períodos.
¿Qué se puede esperar para 2023?
Transcurridos dos meses del año, el ministro afirmó que se prevé continuar ajustando precios, tarifas y subvenciones de todos los servicios de transporte que ofrecen las entidades estatales y las formas de gestión no estatal.
Además, se planea extender a otras provincias la experiencia del uso de triciclos en la capital, incorporar más minibuses de baja capacidad para el servicio rutero, avanzar en la fabricación de ferrobuses para áreas rurales y trabajar en la mejora de la infraestructura en aeropuertos, terminales, estaciones, paradas y apeaderos, entre otras acciones.
También se espera importar con urgencia neumáticos, baterías, piezas de motores y otros repuestos necesarios para restablecer aquellos medios de transporte que puedan reactivarse rápidamente.