Foto: Jorge Luis Borges
La Habana ha dejado de ser “la ciudad maravilla” y ha comenzado a transformarse, en prácticamente cada esquina, en un basurero, un lugar predominantemente sucio. A pesar de las denuncias de los residentes en la capital cubana, hoy se enfrenta a una situación alarmante en cuanto a la recogida de basura. ¿Quiénes son los responsables de esto? ¿Cómo hemos llegado a este punto?
Existen diversas causas: ciclos que no se cumplen y una crisis de combustible que mantiene paralizados varios medios de transporte indispensables para la higienización. Ya no solo ocurre en áreas alejadas o periféricas, ni tampoco en aquellas que han padecido este problema durante años, como La Habana Vieja o Centro Habana. Ahora, al caminar por 23, una de las arterias principales de la ciudad, te encuentras no con uno, sino con varios basureros.
A través de las redes sociales, hemos conocido, por ejemplo, que la acumulación de basura en la esquina de 23 y 20, en pleno Vedado, sigue en aumento. De hecho, los vecinos de la zona se preguntan si será necesario privatizar la recogida de desechos para que se realice de manera adecuada, “pues hace un mes que en muchos lugares de la capital no se recoge”, comenta un usuario.
En esa misma esquina, han retirado el contenedor de basura que siempre estuvo presente, sin ninguna explicación al respecto. Este no es un problema nuevo; La Habana nunca se ha caracterizado por ser una ciudad limpia, pero antes se “salvaban” zonas residenciales como el Vedado y parte de Playa.
Municipios como El Cerro, La Lisa y 10 de Octubre enfrentan una situación aún más crítica, pero al parecer, ningún barrio de la capital se “salva” del problema, sin importar su ubicación.