Foto: Roy Leyra | CN360
Las autoridades ambientales han alertado sobre el regreso a la región del Caribe de una nube de polvo procedente del desierto del Sahara, lo que ha llevado a calificar los niveles de calidad del aire como moderados, lo que implica que se deben tomar precauciones respecto a la exposición del público.
Ante esta situación climática, se espera la presencia de ciertos contaminantes en la atmósfera. Los expertos en gestión de desastres recomiendan a las personas más vulnerables que adopten las medidas necesarias, según lo indicado por el Servicio Meteorológico de Antigua y Barbuda, citado por la agencia Prensa Latina.
El polvo permanecerá en el Caribe hasta mediados de semana, conforme a los modelos de predicción de la capa de aire del Sahara de la cadena estadounidense Fox News, que coincide con las proyecciones de la entidad meteorológica de Antigua y Barbuda.
Como es habitual, es crucial que los grupos más vulnerables, como ancianos, niños y personas con enfermedades respiratorias y cardiovasculares, tomen precauciones adicionales. Las autoridades recomiendan el uso de mascarillas al salir, lavarse los ojos con abundante agua en caso de irritación y cerrar las ventanas de los hogares, entre otras medidas similares.
En Cuba, este fenómeno ha ocurrido en ocasiones anteriores, afectando no solo la calidad del aire, sino también la visibilidad general del sistema atmosférico. En esta nueva aparición, los científicos han señalado que la presencia de contaminantes en el aire no será prolongada, pero es crucial no bajar la guardia, ya que se espera la llegada de otra nube en los próximos días, según se indica en el mensaje.
Investigaciones han revelado que una nube de polvo del Sahara puede transportar al Atlántico hasta América alrededor de 28 millones de toneladas de estas partículas, sumando anualmente cientos de millones.
La intensidad de la capa de polvo ha aumentado desde la década de 1970, debido a las mayores temporadas de sequía en la zona del Sahel africano y al incremento en la frecuencia de tormentas de arena, según diversas organizaciones climáticas. En la isla caribeña, este fenómeno se ha vuelto recurrente en los informes meteorológicos nacionales, con el fin de advertir y educar a los habitantes sobre cómo protegerse.