El gobierno de Cuba intenta fomentar la inversión foránea en el ámbito de la salud.

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Foto: Cuba Noticias 360

En medio de un contexto marcado, a nivel interno, por la falta de insumos, medicamentos, el deterioro de los centros de salud y acusaciones de negligencia médica, y a nivel internacional, por las críticas a la colaboración cubana en el exterior, calificada como “esclavitud moderna”; en estas circunstancias tan adversas, el gobierno de la isla sigue promoviendo la inversión extranjera en un sector que fue considerado, durante décadas, como una de las más brillantes conquistas de la Revolución.

La V Convención Internacional Cuba Salud 2025, que contó con la participación de delegados de más de 80 países, fue un claro ejemplo de esto; un evento megalómano —con feria incluida— que proyectó al mundo una imagen idílica de un país volcado en desarrollar la innovación, como si tuviera todas las necesidades sanitarias de su población resueltas. Nada más alejado de la realidad.

Otro espejismo es el discurso que ha sostenido durante años la Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos, “encargada de comercializar los servicios médicos de salud y académicos a nivel nacional e internacional, en un esfuerzo por contribuir a la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud cubano, público y gratuito para todos sus ciudadanos, a la vez que apoya la Salud Universal, en un compromiso constante por la vida”, según se detalla en su sitio web.

Según los especialistas de Servicios Médicos Cubanos, la medicina en la mayor de las Antillas se ha convertido en un referente en la región, con metodologías de trabajo, procedimientos y protocolos médicos que sobresalen por su rigor e innovación. “Este sólido historial, junto con resultados palpables y un crecimiento sostenido, sitúa al sistema de salud cubano como una plataforma rica en oportunidades para la inversión extranjera”, afirman.

Ávidos de obtener una inyección financiera que les permita mitigar la crisis absoluta del sector, los “diplomáticos” de la Salud cubana intentan atraer a posibles inversionistas, destacando un entorno favorable gracias a un marco legal seguro y transparente, conforme a la Ley No. 118/2014 de la Inversión Extranjera.

Entre los proyectos destacados en el ámbito de bienestar y salud, los expertos “venden” las zonas con aguas termo-mineromedicinales, donde se pueden construir o modernizar instalaciones existentes. Estos recursos naturales, junto con el clima cubano y la experiencia médica local, colocan a Cuba como un destino de primer nivel para el turismo de salud y el termalismo en el Caribe.

También se resaltan las oportunidades de inversión en clínicas especializadas en el tratamiento de adicciones, como los Centros Internacionales de Salud Cocal-Quinqué, Colibrí y El Yarey, localizados en sitios privilegiados de Holguín, Santiago de Cuba y Granma. Con más de 30 años de experiencia, estos centros ofrecen atención integral con un enfoque médico multidisciplinario.

“Cuba también está apostando por la modernización tecnológica de su sistema sanitario —afirma la web de Servicios Médicos Cubanos—. Esto incluye la producción de insumos médicos, como materiales ópticos, implantes quirúrgicos y la recuperación de equipos médicos”. Lo que la institución no explica es por qué dicho equipamiento avanzado y los diversos insumos no están disponibles para los pacientes cubanos, que desde hace unos meses deben llevar el kit de operación a los cirujanos si desean ser intervenidos quirúrgicamente.

Mientras algunos promueven sin mayor escrúpulo “las oportunidades en constante crecimiento” del sector, el sistema sanitario del cubano común sigue careciendo de los recursos más básicos, sin que, hasta ahora, ningún funcionario haya aclarado cómo el país planea salvar la Salud Pública del colapso.

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