Foto: Archivo | CN360
Desde el principio, es importante aclarar que estas prácticas no son recomendables y pueden poner en riesgo su vida. Sin embargo, la crisis energética ha impulsado la inventiva de los cubanos. El caso del joven tunero Dairon Matos ha cobrado relevancia en las redes sociales y en algunos medios independientes.
Matos publicó en Facebook un video donde muestra cómo obtiene gasolina a partir de plásticos reciclados. “Haciendo gasolina casera con plástico. Estamos obteniendo buenos resultados, trabajando bien el motor,” pero aclaró en su publicación que la producción es únicamente para su consumo personal, y no para comercializarla.
Este procedimiento es muy complejo y sumamente peligroso, y se basa en la pirólisis de plásticos. Para obtener el líquido deseado, se utilizan fragmentos de plásticos triturados. Posteriormente, se calientan en un reactor sin oxígeno para descomponerlos en moléculas muy pequeñas.
“Es esencial realizar el proceso a temperaturas que oscilen entre 300 y 900 °C. Esta técnica permite aprovechar un recurso que se encuentra en cualquier parte de los barrios cubanos. No obstante, es extremadamente peligrosa, especialmente si se lleva a cabo sin las condiciones adecuadas,” describe un artículo de Directorio Cubano.
A pesar de que se reduce la dependencia de los combustibles fósiles y se eliminan desechos plásticos del entorno, producir gasolina a partir de plásticos a gran escala en la industria no resulta ser una fuente de energía sostenible ni limpia, ni contribuye a la preservación del medio ambiente.
En el caso particular de Las Tunas, lo que han denominado la “refinería criolla” produce poco menos de un litro de gasolina al quemar un kilogramo de plástico, mediante un proceso de destilación por condensación de los gases emitidos durante la combustión, como se mencionó en una entrevista exclusiva con la televisora América Tevé.
“En este proceso conocido como pirólisis de plástico utilizamos botellas de champú, desodorantes, tapas, cubetas rotas, cajas dañadas, trozos de tanques rotos, todo tipo de plástico excepto el PVC,” afirmó Matos.
Además, añadió: “La gente me comenta que la gasolina está muy cerca de la llama, y es cierto, pero eso fue una prueba que hicimos el primer día. Ahora estamos trabajando para mejorar la instalación y la seguridad.”