Ni brujas, fantasmas, demonios, calabazas iluminadas ni otros seres del mundo paranormal lograron sorprender en este Halloween en La Habana. Sin embargo, un despropósito tomó por sorpresa a algunos y se esparció como pólvora en las redes sociales la noche de este domingo, cuando alguien decidió disfrazarse de devoto del Ku Klux Klan.
“Ni en Estados Unidos quizás alguien se atreva a usar ese atuendo de odio”, comentó un habanero que presenció el incidente en la céntrica calle G del Vedado, donde entre un grupo de jóvenes, uno destacó por el inesperado disfraz que un internauta consideró que podría haber sido enviado por un familiar desde el extranjero.
En su perfil de Facebook, Justo Cruz expresó su alarma al afirmar: “no puedo creer que alguna costurera en mi país se le ocurra coser este tipo de vestuario; no solo por la escasez de tela. Me pregunto si alguien en el extranjero decidió regalarle ese fatídico atuendo a un familiar en Cuba. Tremenda ocurrencia”.
Observen bien en la parte derecha de la imagen, donde se puede ver a un grupo de jóvenes cubanos paseando por la Avenida G de La Habana. Uno de ellos disfrazado de Ku Klux Klan, como si fuera lo más normal del mundo, denunció Justo Cruz en su perfil de Facebook, publicación de la que se hizo eco el portal digital Cubadebate.
Cruz mencionó en su post que un usuario comentó haber visto a otro joven con una esvástica nazi tatuada en el cuello, aunque aseguró que esto no ocurrió en Halloween.
“¿Cómo es posible que alguien pueda pasearse por las calles de Cuba con el símbolo de los nazis tatuado en el cuello? ¿Acaso vendrán tiempos peores como dice la Biblia? Yo no sé ustedes, pero para mí estas señales son preocupantes”, manifestó Cruz.
La tradición de Halloween, que el gobierno socialista cubano ha ignorado durante años, se originó en Irlanda y tenía lugar el 31 de octubre, marcando el final de la temporada de cosechas. Actualmente, esta festividad se celebra en muchas partes del mundo y ha llegado con fuerza a la isla, donde se vive como un día de alegrías y ocurrencias.
El mito sostiene que durante el festival, se creía que las almas de los fallecidos regresaban a visitar sus hogares. También se pensaba que aquellos que murieron en el año viajaban al más allá.
Se dice que las personas encendían hogueras en las colinas para reavivar los fuegos de su hogar durante el invierno y ahuyentar a los espíritus malignos. En ocasiones, usaban máscaras o disfraces para evitar ser reconocidos por los fantasmas que se entendía estaban presentes.
Con las reformas del socialismo cubano, muchas de las celebraciones tradicionales que fueron prohibidas en la isla tras la revolución de 1959 están recuperando fuerza, aparentemente con la aprobación de las autoridades, quienes están tomando el pulso de una sociedad que ya no es tan igualitaria, impulsando ciertas iniciativas monetarias en un contexto de economía deteriorada, cuya crisis se atribuye principalmente al embargo de Estados Unidos contra Cuba.
En cualquier caso, es preocupante que en medio de estas festividades y la incertidumbre de las reformas económicas que afectan el tejido social, surjan personas que, de alguna manera, muestran simpatía por representaciones de odio que son condenadas en todo el mundo.
Y todo esto, aparentemente, ante la mirada de las fuerzas del orden que, según parece, ignoraban que los trajes representaban, ni más ni menos, que al Ku Klux Klan.